30 abril 2016

BROTE DE PAROTIDITIS EN HARVARD…EL 99% DE LOS AFECTADOS ESTABAN VACUNADOS

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La realidad se empeña en vencer a la propaganda y a las manipulaciones.

Continuamente estamos siendo bombardeados por informaciones según las cuales, las vacunas son la panacea que nos salvará de contraer enfermedades.

Esto debería ser así, pero un reciente caso en EEUU nos pone sobre la pista de que quizás las cosas no son tal y como nos las tratan de vender los medios oficiales y las grandes farmacéuticas a las que sirven.

Según publican múltiples medios en EEUU, en los últimos dos meses, cuarenta miembros del cuerpo de estudiantes de Harvard han contraído parotiditis, comúnmente conocida como paperas.


La enfermedad viral aparentemente se ha extendido también a la cercana Universidad de Tufts y la Universidad de Boston.

Pero curiosamente, el departamento de salud pública de Harvard determinó que todos los estudiantes infectados hasta ese momento habían recibido una vacuna contra las paperas antes de contraer la infección.


De hecho, en Harvard, el 99% de los estudiantes universitarios había cumplido con los requisitos de inmunización del estado.

¿Cómo puede ser que aparezca un brote de parotiditis entre gente que ha recibido la polémica vacuna triple vírica, la misma vacuna que ha sido vinculada con el aumento de casos de autismo?
¿Qué ha ido mal?

Para responder a esta pregunta, los medios de comunicación que podríamos considerar “oficialistas” utilizan los siguientes argumentos, como vemos en la web Self.com

La Universidad de Harvard se enfrenta a un brote de paperas, que actualmente se ha vuelto tan grave que puede afectar a la graduación de los universitarios. Harvard envió un aviso en febrero de que se habían detectado dos casos de parotiditis, pero anunció el martes que desde entonces ha aumentado a 40 casos.

Paul J. Barreira, director de los servicios de salud de Harvard declaró que está “preocupado”, y añadió, “Estoy desesperado por conseguir que los estudiantes se lo tomen en serio”

Las paperas son una enfermedad viral contagiosa y contagiosa que se propaga a través de la saliva y la mucosidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Por lo general comienza con unos pocos días de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio y pérdida de apetito, seguido por glándulas salivales hinchadas, y también puede causar una hinchazón dolorosa en los genitales.

Según los datos publicados el mes pasado por el Departamento de Salud Pública de Cambridge, todos los estudiantes infectados fueron vacunados contra la paperas a través de la vacuna triple vírica, que inmuniza contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).

Entonces, ¿cómo se han infectado?

Aunque suene raro que la gente contraiga una enfermedad contra la que están vacunados, Richard Watkins, un especialista en enfermedades infecciosas de la Cleveland Clinic Hospital General de Akron en Ohio, afirma que “La vacuna no es 100 por ciento efectiva. Las dos dosis recomendadas ofrecen un 88% de eficacia y una sola dosis, un 78% de eficacia”



Bien, este es el mensaje oficial y oficialista: las vacunas no son 100% efectivas y eso explicaría el brote. “Asunto resuelto, sigan vacunándose”

¿Pero eso explica realmente la aparición de este brote, que afecta a tantas personas vacunadas?

¿Qué nos ocultan sobre este asunto los medios de comunicación oficialistas?

Bien, pues lo que están ocultando es que tras este brote puede haber unos responsables muy poderosos: la gran farmacéutica que durante años ha suministrado las vacunas contra las paperas.
Este brote inesperado vendría a confirmar las denuncias realizadas durante años contra el gigante farmacéutico Merck, fabricante de la vacuna triple vírica que se suministra en EEUU, y que ha sido acusada repetidas veces de fraude.

En una historia de finales de 2014 que no reportó ningún gran medio de comunicación convencional, un juez federal de Pensilvania falló a favor de los denunciantes que acusaron a Merck de mentir acerca de la eficacia de su vacuna contra las paperas (actualmente sólo disponible en combinación con la vacuna triple vírica o MMR).

El asunto ya había estallado anteriormente, como demuestra este artículo del año 2012, del que sacamos el siguiente extracto:


Merck sabe desde hace una década que su vacuna contra las paperas es “mucho menos eficaz” de lo que la farmacéutica le dice al gobierno, y ha falseado los resultados de pruebas y ha vendido millones de dosis de “dudosa eficacia”, inundando y monopolizando el mercado con ellas.

El centro de Atención Primaria Alabama Chatom Primary Care demandó a Merck una semana después de que se desclasificara una denuncia realizada por dos delatores de Merck en 2010.

Los delatores, Stephen Krahling y Joan Wlochowski, eran virólogos que trabajaban para Merck y que afirman en su denuncia que “fueron testigos de primera mano de ensayos abusivos y falsificación de datos en los que Merck infló artificialmente los resultados de eficacia de la vacuna”

Krahling y Wlochowski afirmaron que la manipulación de Merck hizo que el gobierno de los Estados Unidos pagara “cientos de millones de dólares por una vacuna que no proporciona una inmunización adecuada”

Esta es la realidad sobre la medicina actual y sobre la industria farmacéutica que se ha apoderado de ella.

Estamos hablando de manipulación y fraude científico a gran escala, en detrimento de la salud de millones de personas y con el único objetivo de acumular cantidades indecentes de ganancias para estas grandes corporaciones farmacéuticas.

El caso de la vacuna fraudulenta de Merck contra las paperas y del brote surgido entre personas vacunadas es un ejemplo claro y evidente del nivel de corrupción de la industria farmacéutica en connivencia con los estados.

No estamos diciendo que las medicinas y las vacunas sean algo malo de por sí.

Lo que estamos diciendo es que los medicamentos y las vacunas deberían salvar vidas y ayudarnos a luchar contra las enfermedades pero en cambio, en manos de instituciones corruptas y criminales como las grandes farmacéuticas, se han convertido en un nuevo y terrible peligro contra la salud pública.

En estos momentos, gran cantidad de medicinas y vacunas son tan o más peligrosos que las propias enfermedades y eso es algo que el mundo de la ciencia, que tanto ha aportado al avance humano, no debería tolerar.

Sin embargo, tenemos a muchos científicos que en lugar de cumplir con su obligación, se prostituyen a cambio de dinero para mentir a la población y colaborar en estos crímenes a gran escala.
El nivel de corrupción que se ha instalado en el mundo de la ciencia, y en concreto en el mundo de la medicina y la farmacia, es una de las mayores vergüenzas de nuestro tiempo… 

Fuente: elrobotpescador.com

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