Maiz |
El cambio de discurso de Rosa
Aguilar no varía la actitud de su Ministerio que sigue favoreciendo a
las empresas de los transgénicos
Frente a la defensa de los intereses de las
multinacionales que sigue representando el Gobierno de España.
Agricultores, ecologistas, consumidores y un nutrido grupo de
organizaciones de la sociedad civil presentan la Tercera Semana de Lucha
contra los Transgénicos, en la que animan a la sociedad española a que
muestre un año más su rechazo a los Organismos Modificados Genéticamente
(OMG) y a que participe en el conjunto de actividades que se
desarrollarán por todo el país, entre las cuales habrá protestas,
acciones informativas y reivindicativas en la calle, en supermercados,
en campos, conferencias y charlas, proyecciones de películas, debates y
reuniones con agentes sociales.
Tras protagonizar en abril de 2009 en Zaragoza y abril
de 2010 en Madrid las dos mayores protestas contra los transgénicos que
se recuerdan en Europa, la situación en España no ha cambiado nada. En
2010, en España se sembraron alrededor de 70.000 hectáreas de maíz
transgénico comercial, y la mitad de los ensayos experimentales al aire
libre con estos peligrosos cultivos en la Unión Europea. Todo esto en
una situación de absoluta falta de transparencia y control. Frente a
esta posición, países como Francia, Alemania, Austria, Grecia,
Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia han puesto freno a los
transgénicos en su territorio. España se mantiene como por tanto como el
único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala.
En diciembre de 2010 las revelaciones de Wikileaks
demostraron que la política sobre los transgénicos del anterior equipo
del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) estaba dictada
por los intereses de EEUU y sus multinacionales. Recientemente la
ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha
anunciado que “desde el Gobierno no queremos ir a más en cuanto a la
producción de transgénicos”. Un importante mensaje teniendo en cuenta la
realidad de estos cultivos en España, que sin embargo no ha calado
entre los miembros de su Ministerio, que continúan la tónica iniciada
por los Gobiernos del PP y continuada por Elena Espinosa de abierta
colaboración con la industria de los transgénicos y falta de
participación pública real.
Los transgénicos no son la solución a los problemas del
campo ni aportan nada positivo a los consumidores, al contrario, cada
vez son más los datos científicos disponibles sobre los riesgos
sanitarios de los OMG y de los agrotóxicos empleados en su cultivo.
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