Tras el accidente de
Fukushima, el Gobierno suizo emplaza al Parlamento al abandono de la
energía nuclear. No sólo se abandonan los tres proyectos de nuevos
reactores sino que se pone fecha de caducidad a los cinco que funcionan
en la actualidad. Aunque la fecha es muy tardía, se trata de un paso en
la buena dirección que los partidos mayoritarios españoles no han sido
capaces de dar.
El Consejo Federal del Gobierno suizo celebrado el pasado miércoles,
día 25 de mayo, tomó la decisión de recomendar al Parlamento que
legisle para el abandono de la energía nuclear en ese país. La decisión
del Consejo, establece el abandono de todos los proyectos de nuevos
reactores nucleares y el cierre escalonado de los cinco que funcionan en
la actualidad y que aportan el 39 % de la electricidad que consume el
país.
Y todo ello, sin comprometer la garantía de suministro de
electricidad del país. El Consejo afirmó, además, que este proceso es
técnicamente posible y económicamente sostenible. Contrasta esta actitud
con la de los políticos de otros países europeos, como España, donde ni
siquiera se ha tratado de este tema.
El Parlamento discutirá la propuesta el día 8 de junio y la
respaldará casi con toda seguridad, puesto que éste fue elegido por
aquél. No es probable que el gobierno sufra una derrota parlamentaria.
El calendario de cierre de los cinco reactores nucleares que propone el
Consejo es el siguiente: la primera central en cerrarse es la de Beznau I
en 2019, seguida de Beznau II y Muehleberg en 2022, a continuación se
cerrará, en 2029, la de Goesgen y Leibstadt en 2034.
Se trata claramente de un calendario insuficiente, puesto que se
concede una vida demasiado larga a las centrales, pero es un cambio
radical en un país que apostaba claramente por la energía nuclear desde
fines de los años 60. Se trata al menos de un paso en la buena dirección
que muestra que los suizos sí reaccionan ante el accidente Fukushima.
Previamente, la agencia de seguridad suiza realizó controles en estos
reactores y verificó que la central nuclear Muehleberg, a cargo de la
Sociedad Eléctrica Bernese BKW, y los dos reactores de Beznau, a cargo
del grupo financiero Axpo, no cuentan con los sistemas de seguridad
necesarios en el sistema de enfriamiento, en caso de terremotos y
aluviones. Asimismo, en los controles se verificó que las centrales
nucleares Goesgen y Leinstadt no cuentan con las medidas de seguridad de
enfriamiento en caso de inundaciones.
Ecologistas en Acción demanda del Gobierno español y de la clase
política una postura clara sobre la energía nuclear que muestre que se
han aprendido las lecciones del accidente de Fukushima-Daiichi. No basta
con someter a las centrales nucleares a unas descafeinadas pruebas de
estrés donde no se añaden factores nuevos en los estudios de seguridad.
Se trata de definir un nuevo sistema energético sin la participación de
la energía nuclear.
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