Oso Pardo |
La colaboración de la Sociedad de Cazadores
de Cangas del Narcea (Asturias), que localizaron los lazos en su coto y
dieron aviso, fue fundamental para el éxito de la operación
El Juzgado de lo Penal nº2 de Oviedo ha condenado a un lacero a pagar una multa de 2.400 euros, las costas del juicio, y ha sido inhabilitado para cazar durante quince meses. Además, tendrá que indemnizar a los gestores del Coto Regional de Caza de Cangas del Narcea por un jabalí atrapado en un lazo.
Los hechos sucedieron en mayo del año 2009, cuando miembros de la Sociedad de Cazadores del concejo detectaron varios lazos de acero entre el matorral, cerca de unas praderas de siega. Advertidos el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y la Fundación Oso Pardo (FOP), se organizó un operativo de vigilancia de dos días de duración, coordinado por el Seprona, sorprendiendo in fraganti a un vecino de Cangas del Narcea cuando se acercaba a manipular los lazos, en uno de los cuales había un jabalí muerto. En una prospección de la zona se comprobó que había un total de seis lazos colocados.
Los hechos probados, según la sentencia, son constitutivos de un delito contra la fauna, previsto y penado en el artículo 336 del Código Penal.
Las Patrullas Oso de la FOP que operan en el Principado de Asturias, financiadas por la Fundación Biodiversidad y la Obra Social Caja Madrid, han retirado en lo que va de año un total de 26 lazos de acero (19 en Ibias, 6 en Lena y 1 en Tineo). Para la localización y retirada de muchos de estos lazos ha sido fundamental la colaboración de las Sociedades de Cazadores del occidente asturiano.
En los montes de la mitad occidental de la Cordillera Cantábrica, el uso de lazos de acero ha sido una práctica ilegal frecuente y muy extendida que, afortunadamente, hoy está remitiendo. Los lazos se destinan habitualmente para cazar jabalíes, corzos o ciervos, pero también pueden atrapar a otra fauna, incluidos los osos. Suelen ser colocados en pasos en el bosque utilizados por la fauna o en el entorno de praderas, de siega y diente, y en cultivos. Animales tan poderosos como jabalíes, ciervos y osos quedan atrapados hasta morir o ser matados por el trampero, o consiguen soltarse con graves lesiones.
El trampeo furtivo ha sido en la Cordillera Cantábrica un grave problema de conservación: desde que en el año 1993 empezaron a operar las patrullas oso de la FOP, éstas han retirado 1.480 lazos, en ocasiones en operativos conjuntos, a los que habría que añadir los retirados por la guardería de las administraciones y los guardas de caza de los cotos. También ha denunciado a 18 furtivos sorprendidos mientras colocaban o revisaban lazos ilegales (cinco de ellos en la parte asturiana y 13 en la leonesa). Estos operativos se han realizado habitualmente en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil. La FOP quiere recordar que esta práctica no sólo es muy dañina para la fauna, sino que está claramente tipificada en el Código Penal.
En Asturias, gracias a la decidida acción de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo, se están persiguiendo penalmente estos actos, culminando en sentencias condenatorias, como la presente.
El Juzgado de lo Penal nº2 de Oviedo ha condenado a un lacero a pagar una multa de 2.400 euros, las costas del juicio, y ha sido inhabilitado para cazar durante quince meses. Además, tendrá que indemnizar a los gestores del Coto Regional de Caza de Cangas del Narcea por un jabalí atrapado en un lazo.
Los hechos sucedieron en mayo del año 2009, cuando miembros de la Sociedad de Cazadores del concejo detectaron varios lazos de acero entre el matorral, cerca de unas praderas de siega. Advertidos el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y la Fundación Oso Pardo (FOP), se organizó un operativo de vigilancia de dos días de duración, coordinado por el Seprona, sorprendiendo in fraganti a un vecino de Cangas del Narcea cuando se acercaba a manipular los lazos, en uno de los cuales había un jabalí muerto. En una prospección de la zona se comprobó que había un total de seis lazos colocados.
Los hechos probados, según la sentencia, son constitutivos de un delito contra la fauna, previsto y penado en el artículo 336 del Código Penal.
Las Patrullas Oso de la FOP que operan en el Principado de Asturias, financiadas por la Fundación Biodiversidad y la Obra Social Caja Madrid, han retirado en lo que va de año un total de 26 lazos de acero (19 en Ibias, 6 en Lena y 1 en Tineo). Para la localización y retirada de muchos de estos lazos ha sido fundamental la colaboración de las Sociedades de Cazadores del occidente asturiano.
En los montes de la mitad occidental de la Cordillera Cantábrica, el uso de lazos de acero ha sido una práctica ilegal frecuente y muy extendida que, afortunadamente, hoy está remitiendo. Los lazos se destinan habitualmente para cazar jabalíes, corzos o ciervos, pero también pueden atrapar a otra fauna, incluidos los osos. Suelen ser colocados en pasos en el bosque utilizados por la fauna o en el entorno de praderas, de siega y diente, y en cultivos. Animales tan poderosos como jabalíes, ciervos y osos quedan atrapados hasta morir o ser matados por el trampero, o consiguen soltarse con graves lesiones.
El trampeo furtivo ha sido en la Cordillera Cantábrica un grave problema de conservación: desde que en el año 1993 empezaron a operar las patrullas oso de la FOP, éstas han retirado 1.480 lazos, en ocasiones en operativos conjuntos, a los que habría que añadir los retirados por la guardería de las administraciones y los guardas de caza de los cotos. También ha denunciado a 18 furtivos sorprendidos mientras colocaban o revisaban lazos ilegales (cinco de ellos en la parte asturiana y 13 en la leonesa). Estos operativos se han realizado habitualmente en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil. La FOP quiere recordar que esta práctica no sólo es muy dañina para la fauna, sino que está claramente tipificada en el Código Penal.
En Asturias, gracias a la decidida acción de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo, se están persiguiendo penalmente estos actos, culminando en sentencias condenatorias, como la presente.
Fundacion Oso pardo
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