Imagen de la Amazonia |
Desde Brasil, Greenpeace ha
estado sobrevolando áreas extensas de bosque virgen en el término municipal de
Apui al sur del estado de Amazonas. André Muggiati, nos lo cuenta:
En el vuelo, de repente, de la
nada, aparece un claro que se abre en medio de la selva. Los árboles se han
talado recientemente, es otro caso claro de destrucción de la selva.
André piensa, ¿Aquí?, ¿En medio
de la nada? ¿No había tiempo en meditar y planificar el cómo? Pensando en esto,
sigue viendo nuevos claros en la selva....
Estos claros forman un mosaico,
que al conectarse formarían una gran granja ilegal. El delito no termina ahí.
Los responsables de esto, han terminado con la vegetación de ribera,
incumpliendo los artículos del Código Forestal de Brasil que tienen como
objetivo la protección de esta vegetación para evitar las inundaciones y
proteger los ríos.
Después de dos días de
observación de delitos forestales de pequeña y mediana escala, así como de
grandes extensiones de bosque víctimas de incendios, no queda ninguna duda de
que la deforestación ha vuelto. Esta nueva ola de destrucción lo más probable
es que esté motivada por la promesa de una amnistía a las personas implicadas
en deforestación, como así figura en el nuevo texto del Código Forestal,
aprobado recientemente por el Congreso brasileño.
Ahora, los delincuentes avanzan
más y más en las profundidades de la selva, donde antes no había acceso,
apareciendo nuevas zonas deforestadas en Apui y otros lugares lejanos como
Canutama, Novo Aripuanã, Lábrea, y Boca do Acre.
El sistema de monitorización
mensual del gobierno brasileño (DETER) nos confirma que en comparación con los
datos del año pasado hay un incremento notable en la deforestación. Si en el
mes de abril de 2010 se deforestó un área de 51 Km2, en este año se perdieron
477 Km2.
André trabaja en el laboratorio de Greenpeace en Manaus (Brasil), donde se realiza seguimiento de decenas de zonas destruidas que aparecen en las imágenes del satélite y se sobrevuelan con frecuencia. Con la recopilación de imágenes y datos, hemos presentado una queja formal a las autoridades competentes, incluyendo al IBAMA.
André trabaja en el laboratorio de Greenpeace en Manaus (Brasil), donde se realiza seguimiento de decenas de zonas destruidas que aparecen en las imágenes del satélite y se sobrevuelan con frecuencia. Con la recopilación de imágenes y datos, hemos presentado una queja formal a las autoridades competentes, incluyendo al IBAMA.
Nuestra esperanza es que el gobierno intervenga esta masacre, ahora que está a tiempo. Y más importante si cabe, que el Senado Brasileño no apruebe el nuevo Código Forestal que está llevando a la destrucción a la Amazonia, incluso antes de que se convierte en Ley.
Mónica Parrilla, campaña de Bosques
de Greenpeace
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