11 julio 2011

Nuevas zonas deforestadas en la Amazonia

Imagen de la Amazonia

Desde Brasil, Greenpeace ha estado sobrevolando áreas extensas de bosque virgen en el término municipal de Apui al sur del estado de Amazonas. André Muggiati, nos lo cuenta:

En el vuelo, de repente, de la nada, aparece un claro que se abre en medio de la selva. Los árboles se han talado recientemente, es otro caso claro de destrucción de la selva.

André piensa, ¿Aquí?, ¿En medio de la nada? ¿No había tiempo en meditar y planificar el cómo? Pensando en esto, sigue viendo nuevos claros en la selva....


Estos claros forman un mosaico, que al conectarse formarían una gran granja ilegal. El delito no termina ahí. Los responsables de esto, han terminado con la vegetación de ribera, incumpliendo los artículos del Código Forestal de Brasil que tienen como objetivo la protección de esta vegetación para evitar las inundaciones y proteger los ríos.

Después de dos días de observación de delitos forestales de pequeña y mediana escala, así como de grandes extensiones de bosque víctimas de incendios, no queda ninguna duda de que la deforestación ha vuelto. Esta nueva ola de destrucción lo más probable es que esté motivada por la promesa de una amnistía a las personas implicadas en deforestación, como así figura en el nuevo texto del Código Forestal, aprobado recientemente por el Congreso brasileño.

Ahora, los delincuentes avanzan más y más en las profundidades de la selva, donde antes no había acceso, apareciendo nuevas zonas deforestadas en Apui y otros lugares lejanos como Canutama, Novo Aripuanã, Lábrea, y Boca do Acre.

El sistema de monitorización mensual del gobierno brasileño (DETER) nos confirma que en comparación con los datos del año pasado hay un incremento notable en la deforestación. Si en el mes de abril de 2010 se deforestó un área de 51 Km2, en este año se perdieron 477 Km2.

André trabaja en el laboratorio de Greenpeace en Manaus (Brasil), donde se realiza seguimiento de decenas de zonas destruidas que aparecen en las imágenes del satélite y se sobrevuelan con frecuencia. Con la recopilación de imágenes y datos, hemos presentado una queja formal a las autoridades competentes, incluyendo al IBAMA.

Nuestra esperanza es que el gobierno intervenga esta masacre, ahora que está a tiempo. Y más importante si cabe, que el Senado Brasileño no apruebe el nuevo Código Forestal que está llevando a la destrucción a la Amazonia, incluso antes de que se convierte en Ley.

Mónica Parrilla, campaña de Bosques de Greenpeace


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