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| Plataforma petrolifera |
El expediente sancionador concluye que «el vertido tuvo su origen en una concatenación de fallos técnicos de elementos de seguridad y fallos humanos que supone un incumplimiento de las prescripciones de seguridad». Estos hechos demuestran que en la plataforma petrolífera se actuó con desidia y con una falta total de cultura de seguridad y que, además, se incumplieron las normas que la Administración exige a este tipo de industria.
Pero esta resolución también deja en evidencia a los organos públicos; en este caso el asunto ha sido tratado al más alto nivel, en un Consejo de Ministros.
Sabiendo que se han incumplido las prescripciones de seguridad y que se ha actuado negligentemente, califica el vertido como «muy grave» pero impone una multa ridícula a esta compañía petrolífera cuando habría sido justo cesar sus actividades. Una vez más contaminar ha salido barato.
El historial de accidentes de la industria petrolífera es alarmante y ahora estos gigantes empresariales han fijado la vista en las reservas que esconde el hielo ártico. Allí quieren repetir los errores que se suceden en costas como la de Tarragona o la del golfo de México.
La empresa Cairn Energy ha abierto la veda de las perforaciones en el Ártico por primera vez este verano. Greenpeace lleva meses denunciando la locura que supone arriesgarnos a causar un vertido de crudo en el Ártico pero Cairn Energy mientras tanto esconde su plan de contingencia frente a vertidos [2].
Seguramente porque como el plan de contingencia de Repsol en la plataforma Casablanca tiene una concatenación de fallos técnicos, humanos y factores no tenidos en cuenta que prefieren ocultar.
Fuente: Greenpeace
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