05 enero 2012

Los peligros de los PCB: Monsanto sabía y escondió la verdad.

El descubrimiento de los peligros de los PCB es el fruto de las tragedias humanas que han costado la vida a numerosas personas en el curso de su historia.

Se averiguô que Monsanto sabía que desde 1937 los PCB representaban un riesgo grave para la salud. En efecto, en 1937, el doctor Emett Kelly, quien ahora dirige el servicio medico de Monsanto, es invitado a una junta en la Universidad de Harvard, en la cual participan varios productores de PCB. Esta reunión fue organizada con el fin de presentar los resultados de un estudio científico sobre los PCB llevada por Cecil K. Drinker [1] y con motivo de la demanda de Halowax.

Este estudio se produjo luego de un accidente que había costado la vida a 3 obreros despuês de haber estado expuestos a los vapores de PCB y que había provocado en otros obreros una enfermedad de la piel de un tipo nuevo y extremadamente desfigurante llamada luego la “chloracne”. Los resultados del estudio fueron publicados en el “Journal of Industrial Hygiene and Toxicology”, y demostraba que todas las cobayasconejillos de india expuestos al PCB habían desarrollado lesiones muy severas en el hígado.


En una nota interna en 1955 de Monsanto, puede leerse “sabemos que los PCB son tóxicos pero no hasta que limites”, « La carta concluye por las preocupaciones del autor, en têrminos de imâgen del producto si se sabîa lo que pasaba silos obreros habîan sido expuestos” En 1970, otra nota alarmante se preocupa de una toxicidad de los PCB mâs importante que lo que se había anticipado.

Para comprender que “las implicaciones sanitarias de la exposición al PCB” son gravísimas, basta leer el documento transmitido al Congreso Norteamericano, en 1996, por el Ministerio de la Salud y la EPA, que presenta un estudio de 159 estudios científicos internacionales sobre los peligros ligados a los PCB.
Después de êstas explicaciones ligadas a los peligros de los PCB, hay que regresar algunos años atrás para entender cuâl fue la actitud dolosa de Monsanto frente a la toxicidad de sus productos. En efecto, a fines de los años sesenta, los informes científicos alarmantes sobre los peligros de los PCB se multiplican y empiezan a llamar la atención de los medios de comunicación.

En 1969, la Compañîa, que tomô la medida del fenómeno, decidió crear un comité ad hoc en el cual uno de los objetivos es de “proteger las ventas y las ganancias d’Aroclor así como la imagen de la compaña…” Hasta la prohibición de los PCB, Monsanto se afanô en esconder la toxicidad de sus PCB a través de campañas de desinformación hacia sus clientes y el pûblico, como lo demuestra una nota interna confidencial de N.Y Jonhson, fechada el 16 de febrero de 1970: “encontraran adjunto una lista de preguntas y de respuestas que pueden ser formuladas por nuestros clientes sobre Aroclor y los PCB. Pueden contestar oralmente, pero nunca den respuestas escritas […] No podemos permitirnos perder ningûn dólar”. Nosotros podemos comprender aquî toda la medida de la lógica mercantil de la empresa que priva sobre la seguridad y la verdad frente al publico.

Además en otro documento de 1976, Monsanto pide a sus agentes comerciales desmentir todas las preguntas sobre el carácter cancerigeno de los PCB citando un estudio científico realizado por el Dr. Roush, responsable mêdico de la firma. La cita es la siguiente: “No hemos observado nada en nuestros estudios de salud preeliminares hechos a los trabajadores que están en contacto con los PCB, o sobre nuestras experiencias a largo plazo en animales, que pueden indicar que los PCB sean cancerîgenos.”

Se ha demostrado años mas tarde que êstos estudios habían sido manipulados con el fin de esconder la verdad sobre el carácter cancerîgeno de los PCB. Cuando se estableció que los PCB eran cancerigenos y que tenían un aspecto altamente contaminante hacia el ambiente, eso llevô a la prohibición de los PCB en el mundo, empezando por los Estados Unidos en 1970.

Este caso es uno de los mâs reveladores sobre las manipulaciones de las cuales es capaz la firma con el fin de mantener en el mercado un producto del cual conoce su peligrosidad; y eso nos puede servir de lección en el actual debate sobre los OGM.

Por mas información, consultar la ficha PCB.

[1] Cecil K. drinker and others, “The Problem of Posible Systemic Effects From Certain Chlorinated Hydrocarbons, ” THE JOURNAL OF INDUSTRILA HIGIENE AND TOXIOLOGY Vol. 19 (September, 1937)

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