El descubrimiento de los peligros de los PCB es el
fruto de las tragedias humanas que han costado la vida a numerosas
personas en el curso de su historia.
Se averiguô que Monsanto sabía que desde 1937 los PCB
representaban un riesgo grave para la salud. En efecto, en 1937, el
doctor Emett Kelly,
quien ahora dirige el servicio medico de Monsanto, es invitado a una
junta en la Universidad de Harvard, en la cual participan varios
productores de PCB. Esta reunión fue organizada con el fin de presentar
los resultados de un estudio científico sobre los PCB llevada por Cecil K. Drinker [1] y con motivo de la demanda de Halowax.
Este estudio se produjo luego de un accidente que había
costado la vida a 3 obreros despuês de haber estado expuestos a los
vapores de PCB y que había provocado en otros obreros una enfermedad de
la piel de un tipo nuevo y extremadamente desfigurante llamada luego la
“chloracne”. Los resultados del estudio fueron publicados en el
“Journal of Industrial Hygiene and Toxicology”, y demostraba que todas
las cobayasconejillos de india expuestos al PCB habían desarrollado
lesiones muy severas en el hígado.
En una nota interna en 1955 de Monsanto,
puede leerse “sabemos que los PCB son tóxicos pero no hasta que
limites”, « La carta concluye por las preocupaciones del autor, en
têrminos de imâgen del producto si se sabîa lo que pasaba silos obreros
habîan sido expuestos” En 1970, otra nota alarmante se preocupa de una toxicidad de los PCB mâs importante que lo que se había anticipado.
Para comprender que “las implicaciones sanitarias de la exposición al PCB”
son gravísimas, basta leer el documento transmitido al Congreso
Norteamericano, en 1996, por el Ministerio de la Salud y la EPA, que
presenta un estudio de 159 estudios científicos internacionales sobre
los peligros ligados a los PCB.
Después de êstas explicaciones ligadas a los peligros de
los PCB, hay que regresar algunos años atrás para entender cuâl fue la
actitud dolosa de Monsanto frente a la toxicidad de sus productos. En
efecto, a fines de los años sesenta, los informes científicos alarmantes
sobre los peligros de los PCB se multiplican y empiezan a llamar la
atención de los medios de comunicación.
En 1969, la Compañîa, que tomô la medida del fenómeno, decidió crear un comité ad hoc
en el cual uno de los objetivos es de “proteger las ventas y las
ganancias d’Aroclor así como la imagen de la compaña…” Hasta la
prohibición de los PCB, Monsanto se afanô en esconder la toxicidad de
sus PCB a través de campañas de desinformación hacia sus clientes y el
pûblico, como lo demuestra una nota interna confidencial de N.Y Jonhson,
fechada el 16 de febrero de 1970: “encontraran adjunto una lista de
preguntas y de respuestas que pueden ser formuladas por nuestros
clientes sobre Aroclor y los PCB. Pueden contestar oralmente, pero nunca
den respuestas escritas […] No podemos permitirnos perder ningûn
dólar”. Nosotros podemos comprender aquî toda la medida de la lógica
mercantil de la empresa que priva sobre la seguridad y la verdad frente
al publico.
Además en otro documento de 1976,
Monsanto pide a sus agentes comerciales desmentir todas las preguntas
sobre el carácter cancerigeno de los PCB citando un estudio científico
realizado por el Dr. Roush, responsable mêdico de la firma. La cita es
la siguiente: “No hemos observado nada en nuestros estudios de salud
preeliminares hechos a los trabajadores que están en contacto con los
PCB, o sobre nuestras experiencias a largo plazo en animales, que pueden
indicar que los PCB sean cancerîgenos.”
Se ha demostrado años mas tarde que êstos estudios habían sido manipulados con el fin de esconder la verdad sobre el carácter cancerîgeno de los PCB.
Cuando se estableció que los PCB eran cancerigenos y que tenían un
aspecto altamente contaminante hacia el ambiente, eso llevô a la
prohibición de los PCB en el mundo, empezando por los Estados Unidos en
1970.
Este caso es uno de los mâs reveladores sobre las
manipulaciones de las cuales es capaz la firma con el fin de mantener en
el mercado un producto del cual conoce su peligrosidad; y eso nos puede
servir de lección en el actual debate sobre los OGM.
Por mas información, consultar la ficha PCB.
[1]
Cecil K. drinker and others, “The Problem of Posible Systemic Effects
From Certain Chlorinated Hydrocarbons, ” THE JOURNAL OF INDUSTRILA
HIGIENE AND TOXIOLOGY Vol. 19 (September, 1937)
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