Se veía venir tras el escándalo
de la gripe A y la pandemia que no fue. Rafael Bengoa, el consejero de Sanidad
del Gobierno vasco, ha defendido la necesidad de que “la industria farmacéutica
sea más transparente” para que no se dé una “crisis de confianza en las vacunas”
y ha considerado que “los profesionales de la salud que cuestionan la
vacunación, no podrán ejercer desde el sector público de manera responsable”.
Asimismo, ha señalado que “la Administración intervendrá sobre estos profesionales“.
Ayer lo publicaba Europa Press y lo han difundido varios medios de
comunicación. Parece que los recortes también son de derechos y libertades y
que en las últimas semanas se ataca el derecho a la libertad de vacunación que
rige en nuestro país.
En
un artículo publicado en su blog, el titular de Sanidad reconoce que, en
los últimos tiempos, se está dando una “crisis de confianza” en las vacunas en
general, que, a su juicio, “va bastante más allá de la vacunación de la gripe”,
algo que considera es “una crisis injustificada científicamente, pero real”.
Bengoa, cree que la ansiedad
generada en algunos ciudadanos por los posibles efectos secundarios de las
vacunas “no está justificada” y recuerda que “en las últimas dos décadas los
sistemas para evaluar la seguridad de las vacunas han mejorado de manera
importante”. Es una opinión. Desde luego no ayuda a ello que se hagan ensayos
clínicos en niños pobres y mueran muchos de ellos ni la noticia de la muerte
del bebé vacunado contra el rotavirus ni las graves secuelas que se han
producido en algún caso tras la vacunación contra el sarampión, etc. Todo esto
no ayuda Rafael y yo de un alto cargó público sanitario espero que se
comprometa a informar mejor a la ciudadanía sobre la Cara B de las vacunas no a
que cargue contra el mensajero con amenazas, aquellos profesionales sanitarios
que optan por informar a los padres.
No dice nada el consejero sobre
cómo van a intervenir en los profesionales sanitarios que se cuestionen la
vacunación. Podría ser más explícito. Parece ser que les prohibirán ejercer la
medicina en el sistema pública vasco de salud ¿no Rafael? No lo concreta. Sobre
si se puede prohibir ejercer la medicina o imponer una sanción, en mi opinión y
en la del abogado al que he consultado, intentarán hacerlo argumentando que ese
profesional que se cuestiona, por ejemplo, una determinada vacuna, va en contra
de la salud pública.
Aquí está el debate principal en
torno a la vacunación. Si se argumenta que este profesional, al negarse a
vacunar, puede poner en peligro la salud pública, por ahí, intentarían imponer
sanciones disciplinarias y su justificación. El asunto es determinar qué
vacunas son necesarias y cuales no lo son tanto. También hay que determinar qué
vacunas tienen un balance beneficio/riesgo positivo y cuales no y con qué vara
de medir se realiza este balance.
“Me temo -explica el abogado Francisco
Almodóvar- que en muchas ocasiones ni los profesionales sanitarios
(médicos-enfermeros) reciben una información adecuada, actualizada y real sobre
las vacunas que ponen a la población. Aquí también tendrá que posicionarse la Organización
Médica Colegial. Porque con otros asuntos sí que les está permitida la objeción
de conciencia”.
Estoy más de acuerdo con Rafael
-con la salvedad de que los conflictos de interés entre Organización Mundial de
la Salud (OMS) y laboratorios fabricantes de vacunas contra la gripe A fueron
publicados, no algo “imaginario”- cuando escribe:
“También debemos presionar en los
aspectos de las vacunas asociados a la industria farmacéutica. Pensamos que
para que la población se fíe más de los productores de vacunas y no crean en
teorías conspiratorias o se imaginen acuerdos oscuros entre la industria y la
OMS, por ejemplo, es necesario que la industria farmacéutica sea más
transparente. Nosotros, como administración, presionaremos para que así sea”,
anuncia.
Fuente: migueljara.com
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