26 mayo 2013

Monsanto, bajo la cúpula imperturbable del Gobierno de EE.UU

Monsanto
Colectivos de activistas y organizaciones ecologistas denuncian el poder de las grandes multinacionales productoras de transgénicos que dominan las políticas gubernamentales y las vidas humanas.
 El ‘no’ definitivo a los productos transgénicos. El mundo entero ha escogido a la empresa Monsanto como blanco de su ira por estar a la vanguardia de la fabricación de productos genéticamente modificados e insecticidas. La protesta a nivel mundial en contra de la transnacional reúne a todos aquellos que se preocupan por el reemplazo en las estanterías de las tiendas de los productos naturales por los híbridos de la ingeniería genética.
Los activistas tratan de que la gente no compre alimentos con los ojos cerrados. Para ello han creado una lista de empresas que utilizan los productos de Monsanto y cuyos artículos instan a boicotear. En ella están presentes marcas como Coca Cola, Pepsi, Lipton, Pringles y Heinz tan habituales para millones de personas. Los defensores de los productos naturales creen que evitando la producción en masa se podrá garantizar que la gente no consuma productos potencialmente dañinos y que Monsanto no siga con ello llenándose los bolsillos.

Monsanto, por encima de cualquier ley
Una de las cosas que colmó la paciencia de los activistas por la alimentación sana y que instigó el movimiento contra la multinacional fue la aprobación en EE.UU. de la llamada Ley de Protección de Monsanto. Avalada en marzo por los legisladores y el presidente, la cláusula impide a los tribunales federales suspender o prohibir la siembra y venta de cultivos transgénicos, incluso si estos son reconocidos como dañinos para la salud humana o para el medio ambiente.
La actividad de empresas como Monsanto en este asunto queda por encima del sistema judicial del país. Los expertos expresaron al unísono que es algo insólito en un país que está obsesionado con el derecho y los procesos judiciales e imposible de mantenerse sin una fuerte presión del ‘lobby’.
Protección a gran nivel
En opinión del miembro de la dirección política de Izquierda Unida Miguel Manzanera Salavert, las grandes transnacionales de la alimentación dominan la política de los gobiernos. Si echamos un vistazo a los lazos que tiene Monsanto con el Gobierno de EE.UU., todo se aclara de inmediato.
Así, en la red apareció un diagrama que revela esta relación peculiar que mantienen o mantenían una gran cantidad de personas que, siendo funcionarios públicos prestaban sus servicios a la empresa como senadores, congresistas, jefes de departamentos nacionales y altos cargos en la Casa Blanca.
“Monsanto monopolizó el mercado”
Y cuando todas las puertas están abiertas, es lógico que al estar descontrolado el mercado alimenticio nacional se convierta en un auténtico patrimonio del capital privado. “Lo que Monsanto ha descubierto es una manera de monopolizar el mercado”, dijo a RT el ecologista argentino Antonio Elio Brailovsky.
Los expertos avisan que las consecuencias de tal monopolización van más allá de la reducción de la cantidad de productos que puedan satisfacer los gustos de la gente acostumbrada a lo natural.
Miguel Salavert explicó que las grandes compañías controlan el mercado de alimentación, por lo tanto tienen un recurso para dominar la vida humana.
Aplicaciones que ‘boicotean’ a Monsanto
Visto que el mundo moderno requiere respuestas modernas, algunos incluso utilizan los más novedosos dispositivos para poder alimentarse de manera sana.
Ahora entre la gente va ganando mucha popularidad una aplicación especial para celulares que uno puede bajar muy fácil de la red y permite escanear los productos y ver si están ligados con empresas de ingeniería genética. Los consumidores tratan de detectar a los híbridos no orgánicos paseando por las tiendas que, ahora por el contenido que albergan, se parecen cada vez más y más a un campo de minas.

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