Con motivo del 30º aniversario de la muerte del emblemático líder
guaraní Marçal de Souza Tupã-i, Survival International hace públicos
nuevos y escalofriantes datos que muestran el alcance de la violencia
que sufren los guaraníes de Brasil a manos de sicarios.
Según la organización brasileña CIMI,
la mayoría de los indígenas asesinados en Brasil son guaraníes. En 2012
la tasa de asesinatos entre guaraníes era cuatro veces superior a la
tasa nacional de homicidios de Brasil, que ya de por sí es una de las
más elevadas del mundo.
El líder guaraní Marçal encabezó la lucha de los guaraníes por su
tierra y consiguió que la dramática situación de este pueblo fuera
conocida por el papa Juan Pablo II y las Naciones Unidas. El 25 de
noviembre de 1983 fue asesinado por un pistolero que, al parecer, había
sido contratado por un terrateniente de la zona.
Antes de morir, Marçal dijo: “Estoy marcado para morir (…) Nosotros
los indígenas vivimos aquí y sufrimos injusticia, pobreza, persecución y
hambre porque la tierra que ocupamos no nos permite sobrevivir.”
Treinta años después, los guaraníes continúan siendo víctimas de la
violencia y de los ataques de los pistoleros a raíz de sus intentos por
reocupar sus tierras ancestrales, que les fueron usurpadas para
haciendas y plantaciones de caña de azúcar. A pesar de las obligaciones
legales nacionales e internacionales, las tierras no han sido devueltas a
los indígenas.
Entre las víctimas guaraníes más recientes se encuentran Celso Rodrigues, el líder comunal Nísio Gomes y el adolescente Denilson Barbosa.
Rosalino Ortiz, un hombre guaraní que el mes pasado lideró la reocupación de la tierra de su comunidad en Yvy Katu,
declaró a Survival: “Las cosas están muy tensas en este momento. Los
terratenientes son ricos y tienen dinero para contratar a pistoleros
para ejecutar una masacre en Yvy Katu.”
Los terratenientes locales han anunciado que están recaudando más
dinero para poder destinarlo contra las reocupaciones de tierra; los
guaraníes temen que estos fondos sirvan para financiar a “grupos de
milicia armada” como la polémica empresa de seguridad Gaspem.
Como resultado de la violencia y la pérdida de su tierra, la tasa de suicidio entre los guaraníes es 34 veces superior a la media nacional de Brasil. La víctima más reciente de suicidio ha sido Valmir Veron, el hijo de Marcos Veron, otro emblemático líder guaraní que también fue asesinado por los sicarios en 2003.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado:
“Los líderes guaraníes están siendo asesinados uno por uno. No es de
extrañar teniendo en cuenta que los funcionarios admiten que una vaca
vale más que una vida guaraní. Estas estadísticas son sobrecogedoras,
pero no debemos olvidar que hay una solución muy simple: respetar los
derechos de los guaraníes a su tierra ancestral. La economía de Brasil
está preparada para recibir una inyección de 11.000 millones de dólares
en efectivo por lo que gasten los turistas durante de la Copa del Mundo.
¿Se usará alguna de estas ganancias para ayudar a los pueblos
originarios del país?”
Nota para los periodistas:
Brasil registró una tasa nacional de homicidios en 2012 del 25,8 por
100.000 (fuente: Foro Brasileño de Seguridad Pública). Según CIMI, 34 guaraníes de una población total de 31.000 fueron asesinados el año pasado en Mato Grosso do Sul.
Fuente: Survival
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