La
organización ecologista Sea Shepherd proclamó hoy su victoria sobre los
balleneros japoneses después de que el último de estos abandonase la
caza y se alejase de la reserva de ballenas de la Antártida.
"No han
tenido más remedio que dejar la caza y marcharse", declaró Sidharth
Chakravarty, capitán del The Steve Irwin, uno de los buques de Sea
Shepherd que ha incordiado durante toda la temporada a los balleneros
nipones, según un comunicado de prensa del grupo ecologista.
La
organización comprometida con la supervivencia de las ballenas señaló
que descubrieron el primer barco japonés, el Nisshin Maru, en la
Antártida el 5 de enero pasado y añadió que desde entonces no les han
dejado faenar en paz.
Antes de empezar esta campaña, "hicimos la
promesa de que expulsaríamos a los cazadores de las aguas de las
ballenas y la hemos cumplido", manifestó Peter Hammarstedt, capitán del
barco The Bob Barker.
The Steve Irwin tiene previsto atracar en
Hobart, en el sur de Australia, el 22 de marzo, el mismo día en que
esperan a The Bob Barker en Wellington.
El otro buque de Sea Shepherd, The Sam Simon, regresó a Melbourne (Australia) el pasado sábado.
La
campaña de la organización ecologista se ha llevado a cabo mientras se
espera que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se
pronuncie sobre la denuncia que presentó Australia contra Japón por
violar la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de
Ballenas (1946).
Australia también acusó a Japón de transgredir el
mandato de moratoria total de las capturas con fines comerciales de
estos mamíferos, en vigor desde 1986.
Japón defiende que su programa
está amparado por el artículo VIII de la Convención de 1946, que permite
la caza de ballenas con fines científicos.
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