Los hogares más pobres de España y el
Reino Unido son los que mayores caídas de sus ingresos han sufrido por
culpa de los recortes en pensiones, ayudas sociales y por las subidas de
impuestos de los dos últimos años. Lo dice el último informe trimestral de la Comisión Europea sobre empleo, que considera la mejora del mercado laboral Europea aún tan “débil” que no ha sido capaz de crear nuevos puestos de trabajo ni de permitir siquiera “pequeñas señales de mejora” en la situación social.
La peor parte del impacto de las medidas de ajuste fiscal se la han llevado los ciudadanos de Grecia y Portugal, no importa su clase social o su volumen de ingresos. En España y Reino Unido, en cambio, la carga de la consolidación fiscal ha caído con mayor dureza sobre los ricos y sobre los pobres, pero con mayor suavidad sobre la clase media, según las cuentas de la Unión Europea.
El informe atribuye al alza de
impuestos buena parte de la responsabilidad de esos recortes de ingresos
en las familias españolas. Y precisa que la subida del IVA fue en España la mayor de toda la UE: cinco puntos porcentuales. En
Estonia, Irlanda, Italia y Portugal subió dos puntos, mientras que en
Alemania y Francia permaneció inalterado. El impacto sobre los ingresos
de los españoles de la subida del IVA decretada por el Gobierno en
septiembre de 2012 fue de tal intensidad que equivalió al que tuvieron, sumados, el resto de los recortes en ayudas sociales, destacan los técnicos comunitarios.
“La reducción de los gastos sociales [en 2012 y 2013] ha sido mayor que en pasadas recesiones”,
asegura el informe, “lo que en parte refleja la escala excepcional de
la consolidación fiscal necesaria durante la crisis”. A juicio de la
Comisión Europea, el ajuste se ha traducido en una “significativa” rebaja del gasto en protección social,
que puede convertirse en una tendencia permanente. Según resalta, los
recortes han “neutralizado la función de estabilización económica” que
antes tenían los sistemas de protección social en muchos Estados
miembros.
Además, los ingresos disponibles de los hogares en Europa crecen menos que el PIB comunitario. De forma que la UE advierte del “peligro” de que la recuperación no beneficie a todos los sectores de la economía por igual.
Es decir, que una gran parte de los hogares y los ciudadanos se
beneficien sólo de forma marginal, si es que llegan a beneficiarse algo,
de la ligera mejora económica.
El 40% no llega a final de mes
Uno de los efectos de esa caída de los ingresos familiares ha sido el aumento de las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes, una tendencia que no ha dejado de crecer desde 2010. Cada vez son más los hogares, asegura el informe, que deben recurrir a sus ahorros o al crédito bancario para superar sus problemas económicos. Pero mientras en Alemania y Suecia sólo el 5% de las familias no llega a final de mes,
en los países del sur de Europa superan el 25%. Y si el recuento se
hace entre las familias con menos ingresos, en Alemania los hogares con
problemas no llegan al 10%, pero en España, Italia, Rumania y Eslovaquia sobrepasan el 40%.
La segunda consecuencia de los recortes es el aumento de la pobreza y la exclusión social.
En toda Europa. “Se ha deteriorado durante la crisis y muestra pocas
señales de mejora”, explica la Comisión Europea, que cita el aumento del paro de larga duración y de los salarios que no permiten la supervivencia –producto, a su vez, del auge de los empleos a tiempo parcial–, como causas de la extensión de la pobreza.
En conjunto, el panorama laboral que
dibuja el informe para el conjunto de Europa no se diferencia mucho del
que se están conformando en España: el único empleo que crece es el temporal y el de jornada parcial, aumenta el subempleo y el efecto desánimo, se reduce la estabilidad en el trabajo, los trabajos temporales se cronifican y dejan de ser de transición hacia un empleo fijo.
Así, los puestos de trabajo de ocho horas sólo aumentan “ligeramente”, mientras que cada vez es mayor el número de asalariados que deben cambiar sus empleos a tiempo completo por otros a media jornada. Además, muchos de estos trabajos a tiempo parcial son indeseados –en España el 40%–.
En resumen, también se disparan el subempleo –personas que trabajan
menos horas de las que necesitan o en trabajos por debajo de su
cualificación– y el efecto desánimo. Si a estos dos fenómenos se le suma el paro, España es de nuevo la campeona de Europa, según el informe trimestral de la UE, incluso por delante de Grecia.
Empleo y productividad “débiles”
La tendencia que adivinan los expertos de la Comisión para este año no es demasiado optimista en lo que al empleo se refiere. La tasa europea de acceso al empleo llegó en el tercer trimestre de 2013 a su nivel más bajo del año, un 10,4%, cuando en 2006 alcanzaba el 20%. El informe se hace eco de la encuesta que la multinacional de los recursos humanos Manpower realiza cada año a más de 65.000 directivos de 42 países. Para el primer trimestre de este año, los 1.000 directivos preguntados en España preveían un mercado laboral “débil”. Sólo el 12% de ellos esperaba ampliar sus plantillas, el 8% anticipaba una reducción de personal y el 79% no auguraba cambios.
También ratifica el informe un crecimiento débil de la productividad europea en el último trimestre de 2013, que sin embargo vino acompañado de un aumento de los salarios nominales. En España fue del 2,2%, asegura. Igualmente subieron los costes laborales unitarios españoles, pero los técnicos de la Comisión achacan el alza –la primera desde el cuarto trimestre de 2009– a que aumentaron mucho más los salarios reales –ajustados con el IPC– que la productividad, impulsados principalmente por la caída de la inflación en el último año.
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