El
desastre de Fukushima continúa asaltando diariamente nuestro planeta con
desbordes de lluvia radiactiva, infiltrada en alimentos y el Océano
Pacífico. Pero en vez de alertarnos sobre esta realidad y ayudar a
prepararnos para lo que viene, tanto los gobiernos estadounidense como
japonés han escogido ignorar y subestimar los devastadores efectos de
Fukushima.
En consecuencia, vemos la continua y desenfrenada contaminación nuclear del planeta.
A continuación
examinaremos algunos hechos preocupantes sobre la cada vez mayor
emisión de material radiactivo de Fukushima, las avanzadas etapas de
fusión de reactores, el demencial manejo del desastre y, por supuesto,
cómo puede llegar a afectarnos.
1. Las lecturas de radiación de Fukushima continúan registrando altos índices
Una de las
mentiras más absurdas dichas por TEPCO (la Corporación de Energía
Eléctrica de Tokyo encargada de operar la planta) y que está siendo
respaldada por el gobierno, es que Fukushima no debe preocuparle a
nadie. De hecho, el incidente fue clasificado como una anomalía “Nivel
1” antes de revelarse que los niveles de radiación estaban alcanzando nuevos récords el pasado 4 de septiembre de 2013.
Fue la misma revelación, el mes pasado, la que obligó a la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) a reconocer esta realidad y a cambiar la clasificación del desastre de Fukushima a “Nivel 3” de “Incidente serio”.
Los niveles de radiación eran tan altos como para matar a un humano sin protección en cosa de horas.
2. Los operadores de la planta fueron descubiertos falsificando lecturas de radiación
La línea
argumental sobre el desastre de Fukushima que ha sido mostrada por
grandes medios de comunicación y agencias del gobierno, se encuentra
basada exclusivamente en información entregada por los operadores de
TEPCO – una compañía con antecedentes de mentir a la población. No había
signos de que fueran a decir la verdad, a menos que se vieran forzados a
ello. No fue sino hasta que una investigación independiente reveló los
verdaderos niveles de radiación liberados por Fukushima (cerca de 2
veces y medio más que lo que TEPCO admitió), que la compañía se vio
obligada a reconocer la falsedad de sus cifras.
Sólo podemos imaginarnos de qué más han mentido.
3. El Cesio-137 de condición radiactiva fue vertido en el Océano Pacífico
La
investigación independiente sobre los niveles de radiación de Fukushima
no sólo expuso las mentiras de TEPCO sobre la explosión de la planta,
sino que informó que cerca del 78% del Cesio-137 liberado por la planta
había sido arrojado al Océano Pacífico. La planta ahora dice que las
fusiones de tres reactores de Fukushima liberaron cerca de 900 mil
terabecquerels de sustancias radiactivas. Casi el 20% cayó en tierras
japonesas, el 2% en tierras fuera del país y se cree que un remanente de
78% ha sido vertido en el Océano Pacífico.
En tanto, las
pescaderías continúan operando y los gobiernos siguen diciendo que nada
está mal. Al mismo tiempo, los grandes medios de comunicación (que en
Estados Unidos, según encuestas de Gallup,
continúan perdiendo audiencia), impulsan la propaganda de que Fukushima
no es un tema del cual debamos preocuparnos – “sigamos comiendo
mariscos de Japón, sin importar que los niveles de radiación aún sean
altos. Cabe recordar que la EPA de Estados Unidos ha catalogado como
“límite aceptable” esta radiación en el suministro alimenticio del país.
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