China
prefiere su propio maíz. Según 'The Wall Street Journal', las compañías
estadounidenses ya han dejado de ganar por esta razón más de 500
millones de dólares.
Las exportaciones de maíz estadounidense se han
reducido drásticamente mientras China viene aumentado el consumo de su
propio cultivo, rechazando los suministros transgénicos norteamericanos.
Las cifras muestran una caída drástica en las importaciones de maíz estadounidense.
Según
'The Wall Street Journal', las compañías comerciales estadounidenses ya
han dejado de ganar por esta razón más de 500 millones de dólares.
En
los últimos años China se había convertido en uno de los máximos
compradores de maíz norteamericano, pero este año las importaciones se
desplomaron en un 85%.
China empezó a rechazar suministros de maíz
estadounidense en noviembre pasado cuando detectó una cepa genéticamente
modificada que no había sido aprobada por el Ministerio de Agricultura
del gigante asiático.
Se cree que esta medida es el resultado de la
presión de la crítica por parte de los opositores a los transgénicos,
que ponen en duda la seguridad de este tipo de productos, especialmente
de los importados de EE.UU.
"Los representantes de la creciente
clase media en China tienen una actitud muy seria hacia las mercancías
que compran. Si uno compra algo parecido a fresa en su aspecto, sabor y
aroma, pero no es tal fruta, no tiene ningún valor para el consumidor",
comentó a RT Thorsten Pattberg, experto en agricultura de la Universidad
de Pekín.
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