18 septiembre 2014

Las mentiras del Gobierno de Botsuana salen a la luz con la apertura de una mina en tierra bosquimana

El pasado 5 de septiembre tuvo lugar la apertura en Botsuana de una mina de diamantes
El pasado 5 de septiembre tuvo lugar la apertura en Botsuana de una mina de diamantes valorada en 4.900 millones de dólares. La mina se ubica en la Reserva de Caza del Kalahari Central, la tierra ancestral de los últimos cazadores bosquimanos de África, y se inaugura justo diez años después de que el Gobierno afirmara que no había “planes de abrir una mina en ninguna parte dentro de la reserva.”

Poco después de que se descubriera que el subsuelo de la reserva era rico en diamantes en la década de los años 80, se dijo a los bosquimanos que tenían que marcharse de allí. Pero el Gobierno de Botsuana ha negado en repetidas ocasiones que las expulsiones ilegales y forzosas de los bosquimanos del Kalahari, que se llevaron acabo en 1997, 2002 y 2005, tuvieran relación con los depósitos ricos en diamantes. Es más, justificó las expulsiones de los bosquimanos de su tierra en nombre de la “conservación”.

Sin embargo en el año 2000, el ministro de Minerales, Energía y Agua de Botsuana declaró a un periódico nacional: “El realojamiento de las comunidades de basarwas [bosquimanos] [de la Reserva de Caza del Kalahari Central] es para allanar el camino a la Mina de Diamantes proyectada en Gope”. Por su parte, los bosquimanos explicaron en 2002 a Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales: “El ministro de Asuntos Exteriores, el General Merafhe, vino a la reserva y nos dijo que teníamos que trasladarnos por los diamantes.”



La apertura de la mina demuestra también que el compromiso de Botsuana con la conservación se reduce a una cuestión de imagen. El Gobierno afirma falsamente que la presencia de los bosquimanos en la reserva es “incompatible con la conservación de la vida salvaje”, mientras permite que una mina de diamantes y la exploración por medio de la fracturación hidráulica (fracking) sigan adelante en su tierra.

Y mientras las organizaciones conservacionistas alababan los esfuerzos en materia de conservación del presidente de Botsuana, Ian Khama, permanecían en silencio acerca de la persecución que sufren los bosquimanos y de las actividades mineras en la Reserva de Caza del Kalahari Central.

Un bosquimano cuya familia fue expulsada declaró a Survival: “Esta semana el presidente Khama abre una mina en la Reserva de Caza del Kalahari Central. ¿Estas organizaciones que han premiado al presidente Khama por su trabajo con la flora y la fauna piensan todavía que él es un buen ejemplo para el mundo? Los residentes de la reserva no obtenemos ningún beneficio de la mina. Los únicos beneficios van para las comunidades que viven fuera de la reserva, mientras que nuestros recursos naturales están siendo destruidos. Nos oponemos enérgicamente a la apertura de la mina hasta que el Gobierno y Gem Diamonds se sienten a hablar con nosotros y nos expliquen cómo nos beneficiaremos de la mina”.

El Gobierno sigue presionando implacablemente para que los bosquimanos se vayan de la reserva, acusándolos de “furtivos” porque cazan para alimentarse. Los bosquimanos se enfrentan a arrestos, palizas y torturas, mientras se fomenta la caza mayor entre quienes pagan por ella. El Gobierno también se ha negado a reabrir los pozos de agua de los bosquimanos, ha restringido su libre movimiento dentro y fuera de la reserva y ha vetado la entrada al país de su abogado.

Según declaró hoy el director de Survival International, Stephen Corry: “Cuando los bosquimanos fueron expulsados ilegalmente de su tierra ancestral en nombre de la ‘conservación’, Survival denunció el juego sucio: tanto nosotros como los bosquimanos pensábamos que, de hecho, la minería de diamantes era el motivo real de las expulsiones de la tribu de su territorio. El Gobierno y sus compinches negaban vigorosamente estas acusaciones, pero al final se ha demostrado que eran ciertas. Mientras tanto, organizaciones como Conservación Internacional siguen laureando al presidente Khama por sus credenciales medioambientales y hacen la vista gorda a los abusos que comete contra los derechos humanos”.

Fuente: Survival

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