En realidad son diez hombres y dos mujeres, pero parafraseando la célebre obra de Reginald Rose que Gustavo Pérez Puig llevó al teatro en España en “Estudio 1” con los 12 mejores actores de la escena española (José
María Rodero, Jesús Puente, José Bódalo, Fernando Delgado, Pedro
Osinaga, Luis Prendes, Manuel Alexandre, Antonio Casal, Sancho Gracia,
Carlos Lemos, Ismael Merlo y Rafael Alonso) hoy no son “Doce hombres sin piedad” los que habitan el Tribunal Constitucional (TC) sino todo lo contrario: según los Presupuestos Generales del Estado,
conceden créditos, pagan medicinas, gastan una fortuna en revistas...
Eso sí, cuando tienen un asunto complejo entre manos baten todos los
récords de productividad y aumentan el descrédito judicial español
con una meteórica decisión sobre el “caso Cataluña”, agilidad que ha sorprendido a propios y extraños. Y es que trabajar en el TC es hacerlo en una suerte de corte faraónica cuyos innumerables dispendios justifican las ambiciones políticas de quienes lo ocupan.
Su conocida sede trapezoidal parecida a una pirámide y situada en el barrio de Moncloa (Madrid) fue construida por el arquitecto Antonio Bonet –al que tanto elogiara el poeta Rafael Alberti– y es hoy un nido de intrigas, ansias políticas y privilegios medievales. Un repaso a los 23,6 millones de euros anuales de presupuesto así lo atestigua:
1,8 millones al año se llevan sus altos cargos, 12,2 sus funcionarios y
0,8 sus eventuales. Poseen trienios (886 mil euros), pagas
extraordinarias (1,4 millones), complementos (7,4 millones),
gratificaciones (202 mil euros)… Gastan 305 mil euros en “prensa, revistas, libros y otras publicaciones” y otros 1400 euros en “publicidad y propaganda”, más 1,3 millones en “estudios y trabajos técnicos”
que no van en el sueldo, pues al parecer con tanto bastardeo político
los magistrados de carrera escasean. Dietas, locomoción e
“indemnizaciones” se llevan 230 mil euros, las pensiones de sus ex presidentes no se rigen por el régimen general sino que les añaden 124 mil euros más y unas extrañas “remuneraciones de transición Magistrados” suman otros 266 mil. Hasta su Asociación de Letrados recibe 18 mil euros en subvenciones. El TC en España ejerce también como banco: da préstamos a corto plazo, a familias y a instituciones sin ánimo de lucro (48 mil euros), también como farmacia (pagaron 2000 euros en “productos farmacéuticos y material sanitario”
y otros 40 mil en mensajeros. Los “faraones” judiciales que disfrutan
de estas bicocas con dinero público en plena crisis, con los banco de
alimentos desbordados, un paro descomunal y un exilio laboral masivo de
sus compatriotas que les sufragan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres hacer un comentario sobre este articulo, hazlo aquí, gracias.