Para los autores del estudio, publicado en la revista
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los terrenos privados
más extensos –que negocian con madera y hacen uso de la agricultura intensiva–
provocaron el 48% de la deforestación entre 2004 y 2011, frente al 12% causado
por los pequeños propietarios.
La mayor responsabilidad de la deforestación de la
Amazonia brasileña recae sobre las grandes propiedades de tierra, según
concluye un estudio realizado por el departamento Biodiversidad y gestión
Ambiental de la Universidad de León y el Instituto del Medioambiente de
Estocolmo (SEI, por sus siglas en inglés).
Para los autores del estudio, publicado en la revista
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los terrenos privados
más extensos –que negocian con madera y hacen uso de la agricultura intensiva–
provocaron el 48% de la deforestación entre 2004 y 2011, frente al 12% causado
por los pequeños propietarios.
La tasa de deforestación anual de la región, sin
embargo, se mantiene estable en su mínimo –entre 5.000 y 7.000 km2– desde 2004.
Según se desprende del estudio, la responsabilidad de las grandes propiedades
ha caído un 63% frente al incremento del 69% de los pequeños productores, que suponen
un 75% del total.
Para los autores, esto se debe a que el Gobierno de
Brasil y las regiones implicadas han implementado políticas de control y acción
legal dirigidas principalmente a grandes propietarios. Un ejemplo es la
moratoria de soja, un compromiso de los productores brasileños de soja que
entre 2006 y 2009 acordaron no negociar con los agricultores implicados en la
deforestación.
Además, como explica a Sinc Javier Godar, investigador
español del SEI, en Estocolmo, y autor principal del estudio, en realidad todos
los actores han disminuido sus tasas de deforestación entre 2004 y 2011;
"sin embargo, la contribución relativa de los grandes productores ha caído
mientras que la de los pequeños productores ha crecido". En otras
palabras, aunque ahora todos deforestan menos, los grandes productores han
contribuido más a la reducción.
Godar también señala que “los propietarios pueden
deforestar por ley el 20% de sus propiedades, pero pueden compensar excesos en
otras áreas del mismo bioma amazónico. También existe la posibilidad de
comprometerse a la regeneración de las áreas deforestadas en un determinado
plazo de tiempo”.
Para el experto, las medidas actuales "pueden
haber alcanzado los límites de su eficacia. Gran parte de las tierras se
utiliza mal y pese al crecimiento económico a menudo asociado a la conversión
de bosques en tierras de cultivo, muchos habitantes de la Amazonia continúan
viviendo en la pobreza”
Los investigadores consideran que son necesarias unas
políticas ecológicas que incentiven y financien prácticas sostenibles. “No
sería aceptable aplicar medidas punitivas a los pequeños productores, no solo
por su menor responsabilidad total, sino por las situaciones de pobreza y
marginación que se verían agravadas injustamente". Godar ve obstáculos en
la aplicación de estas medidas, puesto que “hacen falta cambios estructurales.
Para un sistema de incentivos harían falta grandes sumas de dinero en una zona
muy compleja a nivel socio-ecológico”.
Estos incentivos a pequeños productores además de las
ya aplicadas políticas ayudaría a la “disminución de la pobreza de los pequeños
agricultores y de aumento de su seguridad alimentaria”, concluye el experto.
Fuente: Ecoticias.com
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