04 diciembre 2014

Transgénicos, monstruos de laboratorio

Transgénicos, monstruos de laboratorio
Los transgénicos también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas, como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz esterilizante sin que nadie haga nada al respecto. 

El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos para la salud humana”. 

Y NO LO DICE UN RADICAL 

El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: “En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen estos productos modificados genéticamente”. 



El doctor Gilles-Eric Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor contesta: “Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. También las células, y quizás, especialmente, las células del aparato reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido. 

ESTUDIOS CONTUNDENTES 

Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, “un estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional”. Los resultados del análisis certificaron que: “El estudio, patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario científico en Viena.

El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio, resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE. Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro para unos y otros… 

DON HUBER

 En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato (Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los científicos han descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global, lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”. Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además de muchos otros problemas de salud no menos graves. 

DEMASIADAS EVIDENCIAS 

Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en animales, además de otros muchos problemas serios de salud, principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja, maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. Los nuevos nazismos se hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con la que la aldea global pretender esterilizarnos. 

 “En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes. Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido, combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis… resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias”. 

Fuente: Ecoticias

Los transgénicos también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas, como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz esterilizante sin que nadie haga nada al respecto. El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos para la salud humana”. Y NO LO DICE UN RADICAL El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: “En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen estos productos modificados genéticamente”. El dcotor Gilles-Eric Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor contesta: “Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. También las células, y quizás, especialmente, las células del aparato reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido. ESTUDIOS CONTUNDENTES Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, “un estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional”. Los resultados del análisis certificaron que: “El estudio, patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio, resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE. Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro para unos y otros… DON HUBER En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato (Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los científicos han descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global, lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”. Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además de muchos otros problemas de salud no menos graves. DEMASIADAS EVIDENCIAS Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en animales, además de otros muchos problemas serios de salud, principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja, maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. Los nuevos nazismos se hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con la que la aldea global pretender esterilizarnos. Pablo Bolaño Dr. Gilles-Eric Séralini Palabras muy serias “En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes. Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido, combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis… resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias”. Fuente original: http://vidasana.org/

Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico
Los transgénicos también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas, como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz esterilizante sin que nadie haga nada al respecto. El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos para la salud humana”. Y NO LO DICE UN RADICAL El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: “En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen estos productos modificados genéticamente”. El dcotor Gilles-Eric Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor contesta: “Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. También las células, y quizás, especialmente, las células del aparato reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido. ESTUDIOS CONTUNDENTES Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, “un estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional”. Los resultados del análisis certificaron que: “El estudio, patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio, resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE. Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro para unos y otros… DON HUBER En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato (Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los científicos han descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global, lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”. Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además de muchos otros problemas de salud no menos graves. DEMASIADAS EVIDENCIAS Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en animales, además de otros muchos problemas serios de salud, principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja, maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. Los nuevos nazismos se hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con la que la aldea global pretender esterilizarnos. Pablo Bolaño Dr. Gilles-Eric Séralini Palabras muy serias “En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes. Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido, combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis… resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias”. Fuente original: http://vidasana.org/

Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico

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