Los transgénicos también son, además de muchas otras cosas,
un atentado contra la fertilidad humana. Los expertos son muy claros y
contundentes al respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes
empresas, como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo.
Las puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera poco,
los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se hacen cumplir
y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz esterilizante sin que
nadie haga nada al respecto.
El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea
en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La
Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos
para la salud humana”.
Y NO LO DICE UN RADICAL
El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos
naturales: “En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología
molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué
efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer, las
enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas
están relacionadas con los agentes químicos que contienen estos productos
modificados genéticamente”.
El doctor Gilles-Eric Séralini, que es una
institución en su sector, hace hincapié en que las patologías que son
consecuencia de la exposición a modificación genética incluyen las enfermedades
reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor contesta: “Soja, maíz, algodón y
colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de maíz
y soja contienen Round-Up, el mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos
alimentarios contienen estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar
de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos,
chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz
transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en qué
medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los test
adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden
que los órganos y las células funcionen bien”. También las células, y quizás,
especialmente, las células del aparato reproductor femenino y masculino. Se
sabe que estos venenos que contienen estas plantas transgénicas causan
múltiples disfunciones hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza,
en el aparato reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este
sentido.
ESTUDIOS CONTUNDENTES
Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs
de ONG’s, “un estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica
graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados
genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de
los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad
de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente
dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz
convencional”. Los resultados del análisis certificaron que: “El estudio,
patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue
presentado en un seminario científico en Viena.
El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina Veterinaria en la
Universidad de Viena y coordinador del estudio, resumió los hallazgos: ‘Los
ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la
tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente
significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron
de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la
alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz
transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la comunidad
autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente Catalunya, es el
principal productor de maíz transgénico de la UE. Mientras otros países han
mostrado evidentes reticencias y prohibiciones, los diferentes ejecutivos
nacionales, sean estatales o autonómicos, no ponen ningún impedimento a los
cultivos modificados genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que
son tan nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor
preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado por
agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a parar a
otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías locales, está
claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está despistada con lo de las
banderas de un color u otro, el territorio está siendo colonizado por agentes
foráneos que son el verdadero peligro para unos y otros…
DON HUBER
En estudios y
artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don Huber también habla de
los efectos de los cultivos modificados genéticamente. Sobre todo, en lo que al
uso del pesticida glifosato (Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los
científicos han descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en
los cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la
infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está afectando
al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a los piensos con
OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global, lo mismo se puede
atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”. Este nuevo agente
patógeno está siendo estudiado por científicos de todo el mundo. Las grandes
transnacionales del agro se empeñan en desacreditar los estudios y las afirmaciones
de Don Huber con todo tipo de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de
experiencia en medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades
de la UE para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a
cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además de
muchos otros problemas de salud no menos graves.
DEMASIADAS EVIDENCIAS
Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias
científicas y entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta
inocuidad de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre
otras cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en animales,
además de otros muchos problemas serios de salud, principalmente relacionados
con el sistema hormonal/endocrino. Si son tantas las evidencias. ¿cómo es que
nadie hace nada para evitar estos problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue
permitiendo que los etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de
cómo está todo este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar
nuestra condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos
ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja, maíz…
Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas de boicot a
las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin olvidar que buena
parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que los etiquetajes de los
productos convencionales sean claros: si contienen OMG’s tienen que mostrarlo
claramente. Los nuevos nazismos se hacen patente de forma cada vez más
subliminal. Nuestro deber es estar informados para hacer frente a esta
manipulación genética y mental con la que la aldea global pretender
esterilizarnos.
“En España hay
100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en
Catalunya), es la puerta de entrada de los OMG’s a Europa. He efectuado
estudios cuyos resultados son elocuentes. Sí, sobre los efectos del Round-Up (el
mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en
células humanas: directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test
sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero
entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y económico
sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos
análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es
un escándalo escondido por las grandes compañías. Es el mayor desafío
financiero que jamás ha existido, combatir el poder de estas empresas. Hay
cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y
trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias
a los OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien
las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes
empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince años, todos los
gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la
industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los
gobiernos saben que hay problemas con los OMG’s, pero si consiguen y publican
los resultados de los análisis… resultará que todo lo autorizado hasta el
momento ha sido un error de graves consecuencias”.
Los transgénicos
también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la
fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al
respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas,
como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las
puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera
poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se
hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz
esterilizante sin que nadie haga nada al respecto.
El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en
transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La
Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son
tóxicos para la salud humana”.
Y NO LO DICE UN RADICAL
El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: “En
absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular,
cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué
efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer,
las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y
reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen
estos productos modificados genéticamente”. El dcotor Gilles-Eric
Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las
patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética
incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor
contesta: “Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado
el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el
mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen
estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas,
bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y
los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz
transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en
qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los
test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En
general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. También
las células, y quizás, especialmente, las células del aparato
reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que
contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones
hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato
reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido.
ESTUDIOS CONTUNDENTES
Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, “un
estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves
amenazas para la salud por consumo de organismos modificados
genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo
plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye
que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado
genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que
los ratones alimentados con maíz convencional”. Los resultados del
análisis certificaron que: “El estudio, patrocinado por los Ministerios
de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario
científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina
Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio,
resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico
tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas
diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones
alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más
eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la
alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz
transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la
comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente
Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE.
Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y
prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o
autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados
genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan
nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor
preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado
por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a
parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías
locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está
despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está
siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro
para unos y otros…
DON HUBER
En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don
Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados
genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato
(Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los científicos han
descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los
cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la
infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está
afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a
los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global,
lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”.
Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de
todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en
desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo
de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en
medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE
para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a
cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además
de muchos otros problemas de salud no menos graves.
DEMASIADAS EVIDENCIAS
Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y
entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad
de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras
cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en
animales, además de otros muchos problemas serios de salud,
principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son
tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos
problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los
etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo
este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra
condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos
ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja,
maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas
de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin
olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que
los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si
contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. Los nuevos nazismos se
hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar
informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con
la que la aldea global pretender esterilizarnos.
Pablo Bolaño
Dr. Gilles-Eric Séralini
Palabras muy serias
“En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz
transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los
OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes.
Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo,
utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas:
directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre
animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero
entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y
económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos
permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más
allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes
compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido,
combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al
mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías
registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los
OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien
las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las
grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince
años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el
desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido
mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los
OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis…
resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de
graves consecuencias”.
Fuente original: http://vidasana.org/
Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico
Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico
Los transgénicos
también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la
fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al
respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas,
como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las
puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas. Por si fuera
poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se
hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz
esterilizante sin que nadie haga nada al respecto.
El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en
transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La
Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son
tóxicos para la salud humana”.
Y NO LO DICE UN RADICAL
El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: “En
absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular,
cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué
efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer,
las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y
reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen
estos productos modificados genéticamente”. El dcotor Gilles-Eric
Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las
patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética
incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor
contesta: “Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado
el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el
mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen
estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas,
bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y
los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz
transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en
qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los
test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En
general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. También
las células, y quizás, especialmente, las células del aparato
reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que
contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones
hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato
reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido.
ESTUDIOS CONTUNDENTES
Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, “un
estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves
amenazas para la salud por consumo de organismos modificados
genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo
plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye
que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado
genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que
los ratones alimentados con maíz convencional”. Los resultados del
análisis certificaron que: “El estudio, patrocinado por los Ministerios
de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario
científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina
Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio,
resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico
tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas
diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones
alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más
eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la
alimentación’”. Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz
transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la
comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente
Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE.
Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y
prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o
autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados
genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan
nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor
preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado
por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a
parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías
locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está
despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está
siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro
para unos y otros…
DON HUBER
En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don
Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados
genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato
(Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: “Los científicos han
descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los
cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la
infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está
afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a
los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global,
lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”.
Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de
todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en
desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo
de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en
medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE
para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a
cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además
de muchos otros problemas de salud no menos graves.
DEMASIADAS EVIDENCIAS
Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y
entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad
de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras
cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en
animales, además de otros muchos problemas serios de salud,
principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son
tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos
problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los
etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo
este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra
condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos
ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja,
maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas
de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin
olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que
los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si
contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. Los nuevos nazismos se
hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar
informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con
la que la aldea global pretender esterilizarnos.
Pablo Bolaño
Dr. Gilles-Eric Séralini
Palabras muy serias
“En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz
transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los
OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes.
Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo,
utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas:
directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre
animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero
entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y
económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos
permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más
allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes
compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido,
combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al
mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías
registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los
OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien
las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las
grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince
años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el
desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido
mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los
OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis…
resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de
graves consecuencias”.
Fuente original: http://vidasana.org/
Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico
Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/98101/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-kioto-copenhague-mexico
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