La respuesta es afirmativa. Para quienes gustan de cultivar sus propios huertos o de tener plantas en casa o en el jardín, las malas hierbas constituyen un buen dolor de cabeza. Pero es posible solucionar este problema de forma casera sin recurrir a herbicidas que pongan en peligro el consumo de los productos que cosechamos.
Aquí están los 6 herbicidas hechos en casa y garantizados para ayudar a erradicar las malas hierbas que encuentres en tu jardín, sin que tengas que preocuparte de posibles efectos secundarios nocivos para nuestra salud ni que puedan dañar la de nuestras curiosas mascotas.
Agua hirviendo: el agua se puede utilizar como una fórmula extremadamente eficaz para acabar con las malas hierbas. Es un hecho que el agua hirviendo es más efectiva que muchos de los productos que se compran en las tiendas para la erradicación de la vegetación no deseada.
Pon una olla con agua del grifo y caliéntala hasta el punto de ebullición, luego debes verterla con extremado cuidado sobre las malas hierbas que deseas eliminar. Esta es una forma muy eficaz de eliminar las plantas indeseadas que aparecen en los patios, las calzadas y las aceras.
Pero ten mucho cuidado, el agua hirviendo no es selectiva.Si la colocas en sitios donde haya otras plantas, matará al instante todo lo que alcance y esto incluye las raíces subterráneas de los vegetales cercanos.
Vinagre: el vinagre es un gran herbicida orgánico que todos tenemos en casa.Cualquiera de sus variedades: de manzana, de vino o de sidra va a funcionar.El ácido acético del vinagre matará las hojas de la planta, pero no la raíz y funciona mejor en las plantas jóvenes, ya que éstas no tienen suficiente energía almacenada en las raíces para volver a hacer crecer sus hojas.
Sal: pon a tu disposición la muy conocida táctica de guerra de “sembrar de sal” los campos enemigos (lo hicieron los romanos con las tierras de los cartagineses luego de derrotarlos en las llamadas guerras Púnicas).
Una pizca de sal colocada en la base de una planta indeseada hará que esta muera y que el resto del producto se diluya con las lluvias o el regado. Si cubres la entrada de gravilla o las junturas de las baldosas del patio o de la acera con sal nada va a crecer allí durante meses.
Alcohol: si pulverizas las malas hierbas con alcohol éstas se secarán rápidamente, pero cuidado porque este elemento tampoco es selectivo y puede acabar con plantas que sí quieres conservar, así que aplícalo de forma muy específica y cuidadosa.
Harina de maíz: en realidad no es que funcione como un herbicida, ya que no mata, pero si esparces harina de maíz sobre la tierra, nada crecerá bajo ella, ya que actúa como una especie de “control de la natalidad” con las semillas.
El problema es que su efecto será eficaz sobre las semillas de las malas hierbas, pero también sobre las “deseables” por lo que este método es ideal para cuidar un sitio donde ya tengamos cultivos brotados y no se quiera que crezca nada más.
Papel de periódico: las malas hierbas se pueden sofocar con varias hojas de papel de periódicos colocadas sobre las zonas de donde las queremos eliminar. Encima puedes poner algo más de tierra para que no se vea el papel, pero lo cierto es que donde lo intales, nada más crecerá ya que la ausencia de sol les impedirá germinar.
Consejos adicionales
Además de los beneficios que estos herbicidas pueden darte de manera individual y que ya explicamos para cada uno, tú puedes mezclarlos y obtener así “súper herbicidas” que producirán estupendos y muy eficaces resultados.
Por ejemplo, el agua hirviendo se puede mezclar con la sal o el vinagre (o ambos) y obtendrás un depredador de malezas que dejará limpio tu jardín de malas hierbas. La sal y el periódico en sitios donde no deseas que aparezcan molestas plantas silvestres es también una medida muy efectiva.
Hay un truco para potenciar cualquiera de estos herbicidas líquidos y es agregarles algo de jabón líquido o detergente (procura que sea un producto ecoamigable) ya que si bien el jabón no es perjudicial para las malas hierbas actúa como una especie de agente de unión y ayudará a que los herbicidas se adhieren a la maleza con mayor eficacia.
Una reflexión final
Cada vez que vayas a crear un herbicida natural y ecológico usa el sentido común, tanto para prepararlo como para administrarlo. Sé cuidadoso en cada momento, especialmente a la hora de aplicar los que no son selectivos. Colocar un escudo protector de tus plantas favoritas o alejarlas del sitio de fumigación (si están en macetas) podría ser la solución cuando emplees estos productos por pulverización.
Fuente: Ecoticias.com
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