En
el parque nacional de Nairobi, once pirámides de marfil ilegal se
convertieron en cenizas el sábado 30 de abril de 2016 en una hoguera
gigante, pero el fuego no bastará para hacer desaparecer este 'oro
blanco' .
Miles de litros de una mezcla de diésel y queroseno serán
inyectados con aire a presión en unos tubos de acero enterrados y
conectados a las pirámides.
“El marfil no se quema” , explica Robin
Hollister, responsable pirotécnico de esta incineración pública de 105
toneladas de marfil, la más grande jamás realizada, en un intento por
poner fin al tráfico ilegal.
“Si se intenta prender el fuego con un
fósforo o lanzando (el marfil) en un fuego de leña, no va a funcionar” .
“ Se quemará la parte exterior, pero el interior permanecerá intacto "
Este sexagenario con el rostro enrojecido por el sol ha
participado, de cerca o de lejos, de todas las incineraciones
organizadas en Kenia desde la primera, en 1989. De profesión ingeniero, y
con incursiones en los efectos especiales del cine, fue reclutado por
el famoso paleoantropólogo Richard Leakey, primer director del servicio
keniano de la fauna (KWS) y su actual presidente del consejo de
administración.
Fuente: Noticias ambientales internacionales
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