Dos semanas después del terremoto de 7,8 grados en la escala Richter, la normalidad aún no llega a las zonas más afectadas de Ecuador. En las provincias de Manabí y Esmeraldas, las que más daños han sufrido, aún siguen albergadas 21.943 personas y más de 200.000 estudiantes no pudieron iniciar el curso escolar ayer, tal y como estaba previsto.
Según el reporte oficial de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), 560 instituciones educativas están dañadas, 166 de ellas de forma media y grave, y aún hay 248 centros más pendientes de evaluación. Desde el Ministerio de Educación prevén que el curso inicie el 4 de julio pero ello dependerá del ritmo al que progresen las labores de reconstrucción. Mientras tanto, han puesto en marcha el programa “Escuela para todos, juntos nos levantamos” con el que darán soporte socioemocional a los niños y niñas y se realizarán actividades recreativas.
Una de las numerosas escuelas afectadas es la de la Comunidad Pedro Carbo del cantón Muisne. Con daños parciales, ahora es un albergue temporal para cinco familias; en total, 25 personas, 4 de ellas menores de edad, conviven en lo que hasta el 16 de abril eran las aulas del colegio. “Tenemos una gran preocupación porque no contamos con la infraestructura básica para realizar las actividades docentes”, comenta Líder Loor Castro, maestro de este centro educativo.
Ayuda en Acción lleva desde el mismo día del terremoto dando respuesta a la emergencia en el cantón de Muisne, en la provincia de Esmeraldas, declarada en estado de emergencia junto con la de Manabí. Hasta el momento, hemos asistido a 759 familias -más de 3.000 personas- de 26 comunidades rurales de este cantón, a las que hemos entregando más de 1.300 kits con artículos de primera necesidad (alimentos, higiene y limpieza, colchones y bidones de agua, entre otros).
“Las necesidades básicas están cubiertas por el momento; no hay escasez de agua ni de alimentos pero sí nos preocupan las condiciones de salubridad de los albergues y, especialmente, la situación en la que se encuentran los menores; por eso ya estamos trabajando en la planificación de espacios seguros dentro de estos albergues para la infancia y las mujeres”, comenta desde Muisne Teresa Godoy, responsable de la respuesta de Ayuda en Acción en el terremoto de Ecuador. “Agradecemos mucho todas las donaciones que hemos recibido desde que abrimos nuestras vías de colaboración para la emergencia pero hacemos un nuevo llamamiento a la solidaridad para que no se olviden de Ecuador. Es ahora cuando más necesitamos la ayuda ciudadana para poder llevar a cabo las labores de reconstrucción y de reactivación de las actividades económicas; queremos que las personas afectadas vuelvan a tener una casa y medios de vida que garanticen sus ingresos”, concluye.
La voluntad de Ayuda en Acción coincide con el deseo de los afectados, como Narcisa Ortiz Bravo, madre de dos niños de 4 y 7 años, con los que vive en el albergue de la Comunidad El Limón de Muisne. “Aún estamos asustados por lo que sucedió, sobre todo los niños. Nos gustaría estar en nuestra casa pero quedó dañada por el terremoto y nos da miedo volver”.
Ayuda en Acción forma parte del equipo humanitario constituido para la emergencia de Ecuador, liderado por OCHA y ECHO (agencia de Naciones Unidas y la Comisión Europea especializadas en ayuda humanitaria, respectivamente) y en coordinación constante con el Ministerio de Inclusión Económica y Social y el resto de organismos oficiales. El seísmo de 7,8 grados de magnitud en la escala Richter que sacudió la costa noroeste de Ecuador el 16 de abril ha dejado hasta el momento 660 personas fallecidas, 4.605 personas heridas, 22.754 personas albergadas y el gobierno ecuatoriano ha ampliado el estado de excepción nacional.
Fuente: Ayudaenaccion.org
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