La Comisión Europea quiere permitir el cultivo de tres nuevos maíces transgénicos antes de que empiece la siembra en 2017.
Se están considerando tres tipos de maíz transgénico, registrados como MON810, Maíz 1507 y Bt11, que producen toxinas insecticidas. Las multinacionales Monsanto, Dupont/Pioneer y Syngenta están presionando para conseguir introducirlos en el mercado. El 9 de diciembre votarán los Estados miembros de la UE.
Un nuevo informe muestra graves lagunas en la evaluación de los riesgos de nuevos maíces transgénicos
La organización TestBiotech junto a organizaciones de agricultores, consumidores, redes de semillas y ecologistas del Estado español, entre ellas Amigos de la Tierra, publica hoy, 24 de noviembre, un informe que muestra cómo el cultivo de transgénicos a gran escala pone en riesgo nuestra salud y la de los ecosistemas. De hecho, los riesgos derivados del cultivo de los maíces transgénicos no se han evaluado en detalle ni se han tenido en cuenta las repercusiones de los efectos combinados. La aparición en Europa de un pariente silvestre del maíz, conocido como teosinte, implica además que los transgenes pueden diseminarse en el medio ambiente a través del flujo genético. Cada vez, más expertos cuestionan que las plantas transgénicas puedan aportar beneficios a los agricultores .
“Pedimos al Gobierno que vote en contra de la autorización de estos maíces transgénicos. Es necesario que la agricultura responda a las necesidades de las personas consumidoras y del sector agrario. España debe seguir el ejemplo de la mayoría de la UE y prohibir el cultivo de transgénicos“, recalca nuestra portavoz Blanca Ruibal, responsables del Área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.
El informe de Testbiotech demuestra que las empresas están violando intencionadamente la normativa europea. Durante varios años estas compañías han ocultado la aparición de plantas de teosinte en los campos cultivados de maíz en España. El teosinte puede producir híbridos con maíz modificado genéticamente y permanecer en el medio ambiente. Sin embargo, a pesar de que las empresas son conscientes de este problema, no han entregado ninguna información sobre la transferencia potencial de genes, una información necesaria para llevar a cabo la evaluación del riesgo.
“Las empresas tienen la obligación de proporcionar datos que aporten conclusiones sobre la probabilidad de que aparezcan plantas de teosinte transgénico y los riesgos potenciales para los agricultores y el medio ambiente. Sin datos confiables, no se pueden evaluar los riesgos y el cultivo de maíz modificado genéticamente tiene que prohibirse” afirma Christoph Then de Testbiotech.
Fuente: Amigos de la tierra
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