Hay una creciente evidencia de que los alimentos envasados en plástico pueden estar contaminados por sustancias químicas perjudiciales procedentes de los productos químicos que en ellos se encuentran.
Muchos de los alimentos que consumimos se envasan en plásticos que entrañan riesgos, comida y bebida, tanto procesada industrialmente como en alimentos orgánicos saludables.
El plástico en sí mismo no es un problema debido a que las moléculas del polímero son demasiado grandes para migrar del envase al alimento. Pero junto a las moléculas poliméricas del plástico se encuentran moléculas mucho más pequeñas que sí pueden migrar a la comida junto a la que está en contacto. Es el caso del policarbonato y la resina epoxi, que se utiliza en recipientes de almacenamiento y botellas, que pueden contener bisfenol A, un producto químico que causa serios problemas de salud. O bien el PVC que se usa para hacer botellas y film transparente, presenta productos químicos plastificantes que se le añaden para que sea flexible y pueden llegar a ser el 40% del material plástico. Son los ftalatos y el aceite de soja epoxidado los que intervienen negativamente sobre la salud.
El bisfenol A y ftalatos actúan sobre el organismo produciendo una desregulación del sistema endocrino y la producción de hormonas correspondiente por lo que causan una serie de problemas como alteraciones en el aparato reproductor masculino y femenino, en el cerebro y en el comportamiento, el metabolismo y el sistema cardiovascular, la tiroides, el sistema inmunitario, el intestino y efectos carcinogénicos.
Los bebés y los jóvenes son los más vulnerables a la exposición debido a que su crecimiento y desarrollo están fuertemente influenciados por las hormonas. Por ello son muy vulnerables a la acción de los disruptores endocrinos incluso a niveles muy bajos de exposición.
La legislación española en materia de envases de plástico de uso alimentario queda regulada por el Real Decreto 211/92 y 2207/1994, por el que se aprueba la lista de sustancias permitidas para la fabricación de materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con los alimentos y se regulan determinadas condiciones de ensayo. Para realizar la determinación de la migración de sustancias toxicas a los alimentos se utiliza el método de ensayo establecido en la Norma UNE 53-330. Determina la migración global de los materiales plásticos en contacto con alimentos simulados.
Los fabricantes de alimentos envasan la bebida y comida en recipientes hechos de plástico. Para saber qué recipientes son seguros y cuales debemos evitar se establece un símbolo de reciclaje en la parte inferior del envase. El número se encuentra estampado con valor del 1 al 7. Los números de plásticos seguros para la salud son el 1, 2, 4 y 5, aunque las botellas fabricadas con estos componentes no pueden ser reutilizadas. Los envases que presentan los números 3, 6 y 7 deben evitarse a toda costa ya que contienen compuestos nocivos para la salud.
Entre los plásticos aceptados como seguros por evidencias científicas de que no movilizan sustancias químicas capaces de causar cáncer o la interrupción de las hormonas tenemos el marcado con el número 1, el tereftalato de polietileno (PET o PETE), y se utiliza en envases de refrescos y bebidas carbonatadas, agua mineral, aceite y conservas.
El 2 se corresponde con el polietileno de alta densidad (HDPE). Se usa en las botellas de leche, agua, zumos y bolsas de cierre hermético. Es el mejor plástico para almacenar alimentos a largo plazo por ser uno de los plásticos más estables e inertes y es seguro porque no desprende toxinas. El número 4 es el polietileno de baja densidad (LDPE) que se usa en bolsas de alimentos congelados. Por ultimo tenemos el 5, polipropileno (PP), que encontramos en botellas plásticas y envases para contener alimentos.
Los plásticos que debemos evitar son aquellos sobre los que existen suficientes evidencias de que movilizan hacia los alimentos bisfenol A y ftalatos con riesgo para la salud. El plástico etiquetado con el 3 es el cloruro de polivinilo (PVC), que libera al medio el Di(2-etilhexil) ftalato que es un carcinógeno para el ser humano, y que se usa para fabricar film transparente que tiene contacto con los alimentos frescos, frutas, verduras y carnes. El marcado con el número 6 es el poliestireno (PS), presente en botellas, vasos de yogures y recubrimientos, que puede desprender sustancias cancerígenas y bisfenol A. El número 7 se corresponde con los policarbonatos. Plástico rígido de color transparente o blanco que se emplea en la fabricación de envases plásticos de zumos, leche y agua, de biberones, vajilla de microondas y utensilios para comer. El proceso de lavado de botellas y el revestimiento interior de las latas de conservas aumenta la cantidad de bisfenol A libre que puede entrar en contacto con los alimentos.
Como medida de precaución no debemos comprar ningún envase de plástico en el que no figure su composición, y a ser posible, almacenar la comida en envases de vidrio o de plástico seguro como el polietileno de alta densidad. Debido a las evidencias científicas sobre la movilidad de sustancias tóxicas a los alimentos se deben evitar los plásticos marcados con los números 3, 6 y 7. Una medida de precaución en el uso de los recipientes plásticos es no calentar en el microondas comida ni bebida, ni biberones ni recipientes plásticos susceptibles de movilizar sustancias toxicas.
Fuente: www.bioecoactual.com
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