La última
hablante de la lengua resígaro ha sido asesinada en Perú. Su cuerpo sin vida
fue hallado decapitado en su hogar, en la Amazonia peruana.
Rosa Andrade, de 67
años, vivía con el pueblo indígena ocaina al que pertenecía su padre; su madre
provenía del pueblo indígena resígaro.
Las tribus ocaina y
resígaro fueron víctimas de la fiebre del caucho, que comenzó a principios del
siglo XIX. Decenas de miles de indígenas fueron esclavizados por los intentos
de los barones del caucho de extraer este material de la Amazonia. Muchos
indígenas perdieron la vida exhaustos, fueron violentamente asesinados o
murieron por enfermedades como la gripe y el sarampión frente a las que no
tenían inmunidad.
Rosa era también una
de las últimas hablantes de la lengua ocaina y se la consideraba un pilar de su
comunidad. Conocía un amplio repertorio de canciones e historias en ambas
lenguas y recientemente el Gobierno peruano la designó para enseñar a los niños
ocainas.
Cinco mil lenguas, de
las seis mil que se hablan en el mundo, son indígenas y se estima que cada dos
semanas desaparece una de ellas.
Hay más de un centenar
de pueblos indígenas aislados en el mundo y sus lenguas son las más amenazadas.
Survival International trabaja para que las tierras de las tribus no
contactadas sean protegidas: donde sus derechos se respetan, continúan
prosperando.
La comunidad de Rosa
sospecha que el responsable de su asesinato es un forastero conocido por su
comportamiento violento. Sin embargo, el fiscal local ha declarado que no hay
suficientes pruebas para procesarle. La comunidad exige que se lleve a cabo una
investigación rigurosa para encontrar al culpable.
Fuente:
survival.es
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