“El Mediterráneo es uno de los mares que sufre más sobreexplotación pesquera del mundo, con un 93% de las poblaciones evaluadas sobreexplotadas y en alto riesgo de colapso. La pesca de arrastre ilegal en zonas protegidas es una de las causas más importantes”, afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa. “Las administraciones tienen que actuar con contundencia contra la pesca ilegal. Esta destruye nuestros ecosistemas, agota los recursos pesqueros y perjudica a los pescadores que cumplen”.
La pesca de arrastre en zonas poco profundas tiene un impacto ambiental muy elevado. Resulta ser una práctica derrochadora, ya que hasta el 90% de las capturas son descartadas muertas o moribundas.
Además, destruyen ecosistemas protegidos y esenciales, como las praderas de posidonia, arrecifes coralígenos y fondos de rodolitos (o “magrana”, como se conoce en Baleares). Estos ecosistemas son también el refugio de juveniles de numerosas especies, por lo que si se destruyen se pone en peligro el futuro de los recursos pesqueros.
Fuente: oceana.org
Además, destruyen ecosistemas protegidos y esenciales, como las praderas de posidonia, arrecifes coralígenos y fondos de rodolitos (o “magrana”, como se conoce en Baleares). Estos ecosistemas son también el refugio de juveniles de numerosas especies, por lo que si se destruyen se pone en peligro el futuro de los recursos pesqueros.
Fuente: oceana.org
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