“Durante más
de tres años, los estados miembros de la Unión Europea autorizaron actividades
de pesca ilegal en las costas de varias naciones africanas, contraviniendo de
manera flagrante las leyes y políticas regionales comunes, según un nuevo
informe publicado por Oceana.”
Oceana, la mayor organización internacional de defensa y conservación de
los océanos, sostiene que Portugal, Grecia, España e Italia, violaron las leyes
de la UE, concediendo autorizaciones de pesca, a algunos buques privados, a los
que se les permitió acceder a aguas territoriales de Guinea Ecuatorial y
Gambia. Oceana empleó una herramienta de monitoreo en línea, con la que
registró a 19 embarcaciones con bandera europea, que pescaron ilegalmente
durante más de 32.000 horas en aguas africanas, desde abril de 2012 hasta
agosto de 2015.
A escala mundial, la UE constituye el mayor mercado para la importación de productos del mar y la pesca en aguas extranjeras representa el 28%, de la captura total de los buques pesqueros pertenecientes a los países miembros de la UE.
A escala mundial, la UE constituye el mayor mercado para la importación de productos del mar y la pesca en aguas extranjeras representa el 28%, de la captura total de los buques pesqueros pertenecientes a los países miembros de la UE.
En caso de operar en aguas de terceros países, cada buque de la UE debería
obtener una autorización de pesca emitida por su estado de abanderamiento para
trabajar, respetando la legislación de la UE y cumpliendo con las más estrictas
normas de supervisión.
Pero en los casos en que, existen asociaciones activas de pesca con otras naciones, los buques no operan bajo acuerdos nacionales. Esta regla también se aplica, en caso de que los acuerdos estén "inactivos", como sucede con Guinea Ecuatorial y Gambia, donde no hay un protocolo específico, ni rigen las leyes de la UE.
Pero en los casos en que, existen asociaciones activas de pesca con otras naciones, los buques no operan bajo acuerdos nacionales. Esta regla también se aplica, en caso de que los acuerdos estén "inactivos", como sucede con Guinea Ecuatorial y Gambia, donde no hay un protocolo específico, ni rigen las leyes de la UE.
Oceana sostiene que, estos acuerdos privados resultan problemáticos, desde
el momento en que se negocian con total opacidad y los barcos no proporcionan
información sobre las zonas de pesca, las especies objetivo, los tipos de artes
empleadas ni sobre sus capturas.
La directora ejecutiva de política y de defensa de Oceana, María José
Cornax, explicó que los hallazgos de su organización “demuestran que, incluso
los pesqueros de naciones que tiene fuertes marcos legales, como sucede con los
de la UE, podrían participar de estas prácticas ilegales”.
Igualdad de leyes
Igualdad de leyes
La dura realidad es que los mares del mundo cada vez tienen menos peces,
por lo que la pesca ilegal se considera un problema importante a nivel mundial.
Los países africanos son más vulnerables, porque los grandes buques de arrastre
de Europa y Asia emplean distintas estrategias, con las que saquean los lechos
marinos y se agotan las especies en peligro, como los peces de arrecife y los
tiburones.
En África Occidental el problema se agrava, dado que estas actividades le cuestan más de 2.000 millones de euros anuales, a países como Sierra Leona, Guinea o Senegal. En Somalia se han reducido los patrullajes y ha retornado la pesca ilegal, pero también podría ser esa la razón, por la que estaría resurgiendo la piratería.
En África Occidental el problema se agrava, dado que estas actividades le cuestan más de 2.000 millones de euros anuales, a países como Sierra Leona, Guinea o Senegal. En Somalia se han reducido los patrullajes y ha retornado la pesca ilegal, pero también podría ser esa la razón, por la que estaría resurgiendo la piratería.
Oceana sostiene que, la única forma de enfrentar este problema reside en
que las autorizaciones de pesca externas, cumplan con las mismas normas de la
UE, tanto ambientales, como laborales. Los buques que desconecten su Sistema de
Identificación Automática por satélite durante la pesca o no acaten dichas
leyes, deberían ser sancionados y/o no recibir mas autorizaciones de pesca.
Las flotas europeas que pesquen en aguas externas, también deberían atenerse a la legislación de la UE, que establece normas estrictas para todos los buques que soliciten autorización de pesca y previene cuestiones complejas, como el cambio de pabellón, una estrategia que se emplea, con el fin de eludir las medidas de conservación.
Fuente: ecoticias.com
Las flotas europeas que pesquen en aguas externas, también deberían atenerse a la legislación de la UE, que establece normas estrictas para todos los buques que soliciten autorización de pesca y previene cuestiones complejas, como el cambio de pabellón, una estrategia que se emplea, con el fin de eludir las medidas de conservación.
Fuente: ecoticias.com
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