A pesar de su bajo contenido en proteínas y su nivel aún más bajo de omega-3, la panga (Pangasius hypophthalmus)
es uno de los pescados más consumidos del mundo, sobre todo en Europa.
Su bajo coste, su buen sabor y una presentación comercial en forma de
filete sin piel ni espinas han aumentado su consumo, especialmente en
colegios, centros de ancianos, el sector hotelero y hogares.
El pez procede del río Mekong en Vietnam, uno de los afluentes más largos del mundo y también uno de los más contaminados
Sin
embargo, lo preocupante de la panga no es realmente su perfil
nutricional, sino su alta concentración de mercurio. El pez procede del
río Mekong en Vietnam, uno de los afluentes más largos del mundo y
también uno de los más contaminados debido a la presencia de pesticidas y
otros compuestos químicos empleados en los cultivos de arroz, o las
actividades humanas como la deforestación.
Como
consecuencia, el propio pescado, un pez omnívoro y depredador final,
también está muy contaminado, según varios informes, entre ellos uno de
la Organización Mundial de la Salud. El animal tiende a acumular mayores
concentraciones de metales como el mercurio.
Para
evaluar el riesgo tóxico por mercurio que podría suponer la ingesta de
panga, un equipo de investigadores canarios ha analizado un total de 80
muestras de filetes congelados de panga almacenados en tres grandes
superficies diferentes y disponibles para el consumidor al natural o en
adobo.
Límites de mercurio superados
Los resultados del estudio, publicados en la revista Chemosphere,
revelan que algunos ejemplares, sobre todo en sus presentaciones en
adobo, superan las concentraciones máximas admisibles fijadas por la
legislación europea en 0,5 mg/kg (Reglamento (CE) nº 1881/2006 de la
Comisión, de 19 de diciembre de 2006), a través de la cual se establece
el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos
alimenticios.
Algunos ejemplares, sobre
todo en sus presentaciones en adobo, superan las concentraciones máximas
admisibles fijadas por la legislación europea
“Es
necesario un control exhaustivo del contenido de mercurio en este tipo
de pescado”, asegura el investigador. El análisis, realizado por
espectrofotometría de absorción atómica de vapor frío, muestra un amplio
rango de concentraciones de mercurio entre 0,10–0,69 mg/kg, con un
valor medio de 0,22 mg/kg.
Según los investigadores,
aunque no hubo diferencias significativas entre supermercados, la
concentración media de mercurio en la presentación en adobo (0,18 mg/kg)
fue mayor a la obtenida en la panga al natural (0,16 mg/kg).
“Una
vez obtenidos estos datos y asumiendo un consumo semanal de 350 gramos
de panga, el porcentaje de contribución a la Ingesta Semanal Tolerable
(IST) de mercurio (4 µg/kg bw/semana) es de 32% y 27,5% para mujeres y
hombres, respectivamente”, apunta Gutiérrez.
Los
investigadores concluyen que en los casos donde se supera la
concentración máxima permitida y tras un consumo continuado puede
existir riesgo para la salud por la acumulación de mercurio en adultos
y, sobre todo, en niños. Para estos últimos, recomiendan el consumo de
otros pescados en lugar de la panga, también por el bajo aporte
nutricional.
Fuente: maestroviejo.es
Fuente: maestroviejo.es
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