El magnate Mark Zuckerberg pagó en torno a 100 millones de dólares en el 2014 por unos 700 acres (más de 2,8 kilómetros cuadrados) de playas y tierras aledañas en la isla de Kauai, conocida también como ‘isla Jardín’, la cuarta más grande del archipiélago de Hawái. Quiso fundar en ese lugar aislado un “recóndito santuario familiar”, supuso en aquel entonces la revista ‘Forbes‘. No obstante, la nueva propiedad resultó lejos de ser tan recóndita.
Ante todo, Zuckerberg no obtuvo privacidad en su playa, ya que según las leyes locales esta tendrá que estar abierta al público. Además, a mediados del año pasado la decisión de Zuckerberg de construir un muro entre su casa y la vía pública suscitó críticas entre los residentes de la isla porque les tapaba la vista al paisaje marino. Para colmo, se descubrió que muchos aborígenes, cuyo número no es fácil de determinar, tienen el derecho a cultivar sus tierras y construir sus chozas en cualquier lugar.