Un análisis del agua embotellada realizado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y publicado en Environment International encuentra contaminantes hormonales en TODAS las botellas analizadas.
Es decir, el agua embotellada es una fuente de exposición a
contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, EDCs. Esta exposición
puede ser elevada, si tenemos en cuenta que el consumo de agua
embotellada ha aumentado en las últimas décadas, incluso en zonas en
donde el agua del grifo es de calidad. España, con un consumo anual 124
litros per cápita, es el octavo país del mundo en la compra de agua
embotellada. Este aumento en el consumo se debe, en parte, a una potente
labor de marketing que ha hecho que los consumidores consideren que el
agua embotellada es “más sana” que la del grifo, según indica un estudio
llevado a cabo en Inglaterra.