La alarma saltaba
después de que a principios de año saliera a la luz el informe que
realizó la Food and Drug Administration (FDA) en 1997, antes de la
salida de la pasta de dientes al mercado, en el que se revela que el
análisis sólo se basó en la información aportada por la empresa y que no
se realizaron las pruebas necesarias.
Además, también se
revela que la FDA mostró su preocupación por la presencia del triclosán
en el dentífrico, a lo que la empresa contestó que sólo contenía un 0’3%
y éste sólo es nocivo en grandes cantidades.