El informe subraya que desde 2010 tanto Naciones Unidas, como la Unión Europea o la OCDE vienen apostando por del desarrollo sostenible y la creación de empleo verde, mientras que en España se ha legislado "en dirección contraria utilizado el falso argumento de que las exigencias ambientales constituyen una pesada carga para el desarrollo económico y que por tanto deben quedar postergadas". "Crecer primero, limpiar después", apunta la fundación.
Del mismo modo, el documento destaca cómo el crecimiento económico experimentado por España en los últimos años se ha realizado a costa de lo que consideran "un fuerte deterioro ambiental" que, a su juicio, se ha traducido en una grave pérdida de servicios ecosistémicos, biodiversidad y de riqueza natural, empeoramiento en la gestión del agua y calidad del aire en las ciudades, y en una gestión aún muy ineficiente ambientalmente del creciente número de residuos generados.