Hace unos días se publicó sobre los despidos que ha habido en la farmacéutica Pfizer España por sobornos a médicos. El medicamento que ha protagonizado este episodio de “promoción poco ética” es Enbrel, usado para la artritis. Resulta que dicho fármaco, que ha concentrado ingentes cantidades de dinero para “incentivar” en los médicos su receta, centra también demandas judiciales en Estados Unidos por sus efectos secundarios.
Resulta que en noviembre de 2008 la agencia de medicamentos de EE.UU. tuvo que reforzar las advertencias de seguridad del producto al comprobar que entre sus reacciones adversas se encuentra la infección grave por hongos (histoplasmosis en concreto) o la tuberculosis que en parte ya estaban reconocidas.
La explicación está en que el medicamento baja las defensas, es inmunodepresivo, para evitar que el sistema inmunitario ataque al organismo, que es lo que ocurre en determinados tipos de artritis, espondilitis anquilosante y psoriasis para las que está indicado el fármaco.
Resulta que en noviembre de 2008 la agencia de medicamentos de EE.UU. tuvo que reforzar las advertencias de seguridad del producto al comprobar que entre sus reacciones adversas se encuentra la infección grave por hongos (histoplasmosis en concreto) o la tuberculosis que en parte ya estaban reconocidas.
La explicación está en que el medicamento baja las defensas, es inmunodepresivo, para evitar que el sistema inmunitario ataque al organismo, que es lo que ocurre en determinados tipos de artritis, espondilitis anquilosante y psoriasis para las que está indicado el fármaco.