Imagina que vives completamente solo, en silencio total, siempre huyendo, siempre con miedo, invisible para el mundo. Así es el día a día de un hombre solitario en la Amazonia. Es el único superviviente de su tribu. No sabemos quién es, el nombre de su pueblo o qué lengua habla. Probablemente, su gente fue masacrada por los ganaderos que están invadiendo la región a toda máquina.
Caminar a través del pequeño pedazo de bosque en el que vive es sobrecogedor. Su presencia se percibe en todas partes y siento que vigila cada uno de nuestros movimientos. Mario y Pedro, nuestros guías indígenas, señalan uno de sus refugios de caza, hecho de hojas, y una palmera que ha talado para extraer el corazón de la planta.