Las autoridades brasileñas han lanzado una operación conjunta para expulsar a los mineros ilegales que operan en la tierra del pueblo indígena zo’é.
La
pequeña tribu de los zo’és, que en gran medida ha permanecido aislada,
es extremadamente vulnerable a las enfermedades que transmiten los
foráneos.
Fábio
Augusto Ribeiro, del departamento de asuntos indígenas del Gobierno
brasileño, declaró que tras acciones de sobrevuelo e incursiones
terrestres “fue posible averiguar, más allá de la invasión provocada por
la minería, un daño medioambiental muy significativo, con apertura de
cráteres y la contaminación del agua por el mercurio. También era
bastante preocupante la situación de conflicto inminente con el pueblo
zo’é”.