La Audiencia Provincial de Cantabria ha confirmado la condena de dos años de cárcel a un ganadero por colocar cebos envenenados en el monte con el fin de acabar con los ataques del lobo a su ganado. Como consecuencia de la ingesta del veneno, murieron cuatro buitres leonados -especie de protección especial- y once milanos reales -especie en peligro de extinción.
También ocasionó la muerte de tres zorros, cinco perros y un gato. El tribunal de apelación confirma así la sentencia dictada por el Juzgado de Penal nº 3 de Santander, que en junio del pasado año condenó al ganadero a dos años de prisión, inhabilitación durante dos años para ejercer la profesión de ganadero y durante cuatro años para cazar; e indemnización de 118.770 euros al Gobierno de Cantabria.
La sentencia de instancia relataba que "debido al incremento de episodios de ataque de lobo, ideó y ejecutó materialmente en su condición de ganadero y de explotador directo de diversos pastos, de los que disponía en el término municipal de Valdeolea, en el pueblo de las Quintanillas, así como en Castrillo del Haya, una serie de actuaciones tendentes a hacer desaparecer la depredación que el lobo ibérico mantenía sobre su explotación ganadera".