“La Junta de Castilla y León se descolgó ayer con una noticia que fue ampliamente difundida en todos los medios y aplaudida por varios sectores políticos: se prohibirá que se le de muerte al Toro de la Vega delante de los participantes, como parte del festejo.”
Destino final: la muerte
Lo que no cuentan los de la Junta y obviamente los políticos no quieren siquiera mencionar, es que el toro morirá igual, pero a escondidas y en silencio, y que las vejaciones a las que será sometido continúan, ya que no se suspende el festejo, sino solamente el final sangriento y público.
Lo cierto es que el Toro de la Vega seguirá festejándose, por lo que el animal será víctima de maltratos, acoso y tortura, pero tendrá una muerte “políticamente correcta”, sin derramamiento de sangre ante las cámaras y aparentemente civilizada.