Imagen de Cabo Cortés |
El día de ayer hicimos un recorrido por la ruta del
“pelotazo” en la región de Murcia. Pedro García de la asociación ecologista
ANSE, nos ha mostrado a la delegación que venimos desde México, un modelo de
desarrollo turístico fallido en España que Hansa Urbana pretende exportar
a México con su proyecto de Cabo Cortés. Así es que nos dimos a la tarea de
visitar tres de los proyectos que tiene la empresa para poder ver un turismo
sostenido por la especulación, la compra y recalificación de tierras vinculado
con la destrucción del litoral.
Pedro nos ha mostrado los tres proyectos con los que cuenta
Hansa en la región de Murcia y que actualmente son un fracaso: Novo Carthago,
que es probablemente el más conocido y otros dos en Mazarrón y Ramonete ¡Lo que
hemos visto ha sido impresionante! Al ver la información del proyecto Novo
Carthago en Internet desde México, esperábamos un mega desarrollo de 500
hectáreas que pareciera como un pequeño poblado, pues al menos son 7 mil las
habitaciones que presume Hansa. Sin embargo sólo vimos un paraje desolado,
contaminado con metales pesados, una oficina de ventas cerrada y letreros rotos
y caídos que en alguna ocasión anunciaban “elegantemente” el plan de Hansa para
construir en esa zona.
Los otros dos proyectos no fueron la excepción. Solo vimos terrenos desolados y constatamos el fracaso de una de las constructoras con más reserva de suelo urbano y urbanizable procedente de cambios de uso de suelo en diferentes puntos de la Región de Murcia. Proyectos que en su conjunto suman más de 20 mil viviendas y al menos 4 campos de golf, además de varios hoteles, en planicies costeras de gran interés paisajístico, que de llevarse a cabo afectarían el entorno de dos áreas protegidas en España.
Lo anterior es sorprendente, pues a pesar de la situación financiera de Hansa, al deber 800 millones de euros a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), no solo siguen promoviendo estos proyectos a base de la especulación y compra de tierras en sitios ambientalmente sensibles donde la necesidad de vivienda y habitaciones no se justifica. ¡En la manga del mar menor ya se han construido 300 mil habitaciones y sólo hay 5 mil habitantes! Esto se refleja cuando uno pasa por estas ciudades y las ve como pueblos fantasma.
Lo que quiere hacer Hansa en México es algo similar al plantear el proyecto de Cabo Cortés ya aprobado ilegalmente por el gobierno Mexicano. Con 27.700 habitaciones y cerca de Los Cabos, que cuenta con 9 mil habitaciones y que desde hace varios años no llegan al 100 por ciento de ocupación hotelera, amenaza a la reserva marina de Cabo Pulmo, un arrecife coralino ubicado en Golfo de California también conocido como el Acuario del Mundo y que es patrimonio mundial de la humanidad declarado por la UNESCO.
Venimos a España no solo a ver cómo opera Hansa, si no a contar a los españoles donde se está invirtiendo el dinero de la empresa alicantina y de la CAM. Hemos estado en diversos foros y ruedas de prensa contando también en voz de la comunidad afectada como Hansa pretende depredar parte del litoral mexicano. Hemos sido bien recibidos y estamos agradecidos con la gente que nos ha escuchado y ha simpatizado. Sin embargo, creo que vale la pena mencionar que también hemos sido acosados, perseguidos y filmados por tres personas que se han hecho pasar como reporteros y ecologistas. En tres ocasiones se han presentado a filmar todo lo que hablábamos, aun en foros en las universidades de Alicante y Murcia, y han cuestionado agresivamente lo que decimos. El día de ayer en la Facultad de Derecho en la Universidad de Murcia el guardia de seguridad ha tenido que solicitarle que se saliera del recinto debido al disturbio que prentendió hacer en la sala y haber ingresado sin permiso para filmar.
A pesar de lo anterior, Greenpeace no va a dejar de denunciar esta injusticia social y ambiental. Por ello los invito sumarse con nosotros y mandar una petición a los directivos de Hansa y la CAM para solicitar que ponga marcha atrás al proyecto de Cabo Cortés y así se pueda salvar el arrecife de Cabo Pulmo.
Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas, Greenpeace México
Los otros dos proyectos no fueron la excepción. Solo vimos terrenos desolados y constatamos el fracaso de una de las constructoras con más reserva de suelo urbano y urbanizable procedente de cambios de uso de suelo en diferentes puntos de la Región de Murcia. Proyectos que en su conjunto suman más de 20 mil viviendas y al menos 4 campos de golf, además de varios hoteles, en planicies costeras de gran interés paisajístico, que de llevarse a cabo afectarían el entorno de dos áreas protegidas en España.
Lo anterior es sorprendente, pues a pesar de la situación financiera de Hansa, al deber 800 millones de euros a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), no solo siguen promoviendo estos proyectos a base de la especulación y compra de tierras en sitios ambientalmente sensibles donde la necesidad de vivienda y habitaciones no se justifica. ¡En la manga del mar menor ya se han construido 300 mil habitaciones y sólo hay 5 mil habitantes! Esto se refleja cuando uno pasa por estas ciudades y las ve como pueblos fantasma.
Lo que quiere hacer Hansa en México es algo similar al plantear el proyecto de Cabo Cortés ya aprobado ilegalmente por el gobierno Mexicano. Con 27.700 habitaciones y cerca de Los Cabos, que cuenta con 9 mil habitaciones y que desde hace varios años no llegan al 100 por ciento de ocupación hotelera, amenaza a la reserva marina de Cabo Pulmo, un arrecife coralino ubicado en Golfo de California también conocido como el Acuario del Mundo y que es patrimonio mundial de la humanidad declarado por la UNESCO.
Venimos a España no solo a ver cómo opera Hansa, si no a contar a los españoles donde se está invirtiendo el dinero de la empresa alicantina y de la CAM. Hemos estado en diversos foros y ruedas de prensa contando también en voz de la comunidad afectada como Hansa pretende depredar parte del litoral mexicano. Hemos sido bien recibidos y estamos agradecidos con la gente que nos ha escuchado y ha simpatizado. Sin embargo, creo que vale la pena mencionar que también hemos sido acosados, perseguidos y filmados por tres personas que se han hecho pasar como reporteros y ecologistas. En tres ocasiones se han presentado a filmar todo lo que hablábamos, aun en foros en las universidades de Alicante y Murcia, y han cuestionado agresivamente lo que decimos. El día de ayer en la Facultad de Derecho en la Universidad de Murcia el guardia de seguridad ha tenido que solicitarle que se saliera del recinto debido al disturbio que prentendió hacer en la sala y haber ingresado sin permiso para filmar.
A pesar de lo anterior, Greenpeace no va a dejar de denunciar esta injusticia social y ambiental. Por ello los invito sumarse con nosotros y mandar una petición a los directivos de Hansa y la CAM para solicitar que ponga marcha atrás al proyecto de Cabo Cortés y así se pueda salvar el arrecife de Cabo Pulmo.
Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas, Greenpeace México
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