Ecologistas en Acción
afirma que la nueva anomalía de la central nuclear de Garoña (Burgos)
muestra el lamentable estado de esta planta. Lo más sensato, para la
organización ecologista, sería proceder al cierre antes de que se
produzca un accidente severo.
El día 26 de mayo cuando se intentaba poner en marcha la central de Garoña (Burgos), tras el proceso de recarga, se produjeron vibraciones en la turbina, lo que obligó a realizar una parada no programada de la central. Esta parada supone, además, que en estos momentos la mitad del parque nuclear español no esta funcionando sin que esto cause problemas en el suministro eléctrico.
La vibración de la turbina, de aumentar excesivamente podría dar lugar a una rotura de ésta con el consiguiente escape de vapor radiactivo al edificio auxiliar de turbinas y al medio ambiente. El mal funcionamiento de la turbina también puede causar un incendio que podría propagarse al resto de la central con el consiguiente peligro de accidente severo. Eso fue justo lo que ocurrió en el accidente de Vandellós I (Tarragona) en 1989. Hay que recordar que en las centrales de agua en ebullición, como es el caso de Garoña, el vapor radiactivo llega hasta la turbina. La parada se produjo para evitar este extremo.
El incidente de la turbina, cuyas causas se desconocen todavía, viene a sumarse a todos los problemas de seguridad de la central que aconsejan su cierre inmediato. Para Ecologistas en Acción todos estos problemas son síntomas de que los años han dejado huella en los sistemas de seguridad de la central y lo más sensato sería no permitir que funcione hasta 2013, cuando esta previsto su cierre.
Está claro que si no se procede al cierre se debe únicamente al hecho de que la central produce grandes beneficios económicos a Nuclenor, la empresa explotadora propiedad de Endesa e Iberdrola, puesto que la planta ya está totalmente amortizada y gracias a las múltiples subvenciones recibidas.
Fuente: Ecologistas en accion
El día 26 de mayo cuando se intentaba poner en marcha la central de Garoña (Burgos), tras el proceso de recarga, se produjeron vibraciones en la turbina, lo que obligó a realizar una parada no programada de la central. Esta parada supone, además, que en estos momentos la mitad del parque nuclear español no esta funcionando sin que esto cause problemas en el suministro eléctrico.
La vibración de la turbina, de aumentar excesivamente podría dar lugar a una rotura de ésta con el consiguiente escape de vapor radiactivo al edificio auxiliar de turbinas y al medio ambiente. El mal funcionamiento de la turbina también puede causar un incendio que podría propagarse al resto de la central con el consiguiente peligro de accidente severo. Eso fue justo lo que ocurrió en el accidente de Vandellós I (Tarragona) en 1989. Hay que recordar que en las centrales de agua en ebullición, como es el caso de Garoña, el vapor radiactivo llega hasta la turbina. La parada se produjo para evitar este extremo.
El incidente de la turbina, cuyas causas se desconocen todavía, viene a sumarse a todos los problemas de seguridad de la central que aconsejan su cierre inmediato. Para Ecologistas en Acción todos estos problemas son síntomas de que los años han dejado huella en los sistemas de seguridad de la central y lo más sensato sería no permitir que funcione hasta 2013, cuando esta previsto su cierre.
Está claro que si no se procede al cierre se debe únicamente al hecho de que la central produce grandes beneficios económicos a Nuclenor, la empresa explotadora propiedad de Endesa e Iberdrola, puesto que la planta ya está totalmente amortizada y gracias a las múltiples subvenciones recibidas.
Fuente: Ecologistas en accion
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