“Precisión quirúrgica” en la
manipulación genética, se nos dice desde las empresas y la propaganda
“tecnoentusiasta”. Pero “si los cirujanos manejasen lo quirúrgico como los
biólogos moleculares manejamos las técnicas de ingeniería genética, yo no
aconsejaría a nadie que entrase en el quirófano jamás”...
Son estas palabras del profesor Christian
Vélot, Doctor en biología, profesor de genética molecular en la Universidad
Paris Sud 11, miembro del Consejo científico del CRIIGEN, y uno de los ponentes
de las recientemente celebradas Jornadas Científicas Internacionales sobre
Transgénicos en Madrid.
(Por cierto, quienes quieran
acceder a las conclusiones, éstas han sido recogidas en un documento redactado
por Jorge Riechmann, Profesor de Filosofía Moral (UAM), exdirector del
Observatorio de la Sostenibilidad en España.)
En estos dos días se han recogido
muchos de los actuales argumentos de la ciencia en materia de biotecnología,
transgénesis e ingeniería genética. Y ha quedado meridianamente claro que“muchos
estudios científicos arrojan una pesada sombra de duda acerca de las
afirmaciones sobre la supuesta seguridad sanitaria de los alimentos
transgénicos”, por citar a uno de los ponentes, Michael Antoniou, investigador
del Departamento de genética molecular y médica de la escuela de medicina del
King's College de Londres.
“Somos muy imprudentes al confiar
en los resultados sesgados de la ciencia orientada por intereses corporativos
que grandes empresas como Monsanto aportan a las autoridades reguladoras y a la
sociedad –dijo Antoniou—. La tecnología de los transgénicos que hoy se cultivan
(básicamente para alimentar una cabaña ganadera sobredimensionada e
insostenible) se basa en un paradigma científico-técnico que hoy está
superado”.
Son pocos los científicos que
hablan con libertad e independencia sobre transgénicos, porque gran parte de la
ciencia relacionada –y muy especialmente en España- está “secuestrada”
por la industria de los transgénicos. Recordemos cómo los cables de Wikileaks
hace un año revelaban que el gobierno español estaba trabajando de la
mano de EEUU y de la multinacional Monsanto a favor de los transgénicos y en
contra de los intereses del resto de la sociedad.
¿El resultado de tan extraño
matrimonio? España es el único país de Europa que cultiva transgénicos a
gran escala, frente a países como Francia, Alemania, Austria, Grecia,
Luxemburgo, Polonia, Hungría e Italia, que les han puesto freno. En España
se cultivan según el Ministerio, 97.000 hectáreas de un maíz con propiedades
insecticidas de Monsanto, el denominado MON810.
En las Jornadas quedó también
claro que la llamada “coexistencia” de cultivos transgénicos y no
transgénicos es una entelequia. En la práctica, la ausencia de normas para
minimizar la contaminación de campos libres de transgénicos, de segregación
entre cosechas, y de control y transparencia están llevando a la agricultura no
transgénica a una situación de crisis. La contaminación genética pone en
peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente. El aumento del uso
de productos químicos elimina o afecta gravemente a la flora y a la fauna no
objetivo.
El modelo de agricultura vinculado a los transgénicos es un modelo intensivo, que va de la mano de un modelo de ganadería terrible y destructivo. Existen muchos datos que demuestran que los cultivos “tolerantes a herbicidas” están generando un dramático aumento del empleo de pesticidas. Además, la aparición de resistencias en los cultivos hacen que se necesiten pesticidas cada vez más agresivos.
El modelo de agricultura vinculado a los transgénicos es un modelo intensivo, que va de la mano de un modelo de ganadería terrible y destructivo. Existen muchos datos que demuestran que los cultivos “tolerantes a herbicidas” están generando un dramático aumento del empleo de pesticidas. Además, la aparición de resistencias en los cultivos hacen que se necesiten pesticidas cada vez más agresivos.
Por último, estas Jornadas
recordaron a todos y todas que tanto los ecologistas como los agricultores y
consumidores que se oponen al cultivo de transgénicos no están en contra de la
ciencia, el progreso o la investigación. Existen aplicaciones biotecnológicas
de laboratorio (confinadas) que no suponen un peligro para el medio ambiente o
la salud. Existe incluso una importante actividad industrial en torno a la
producción de medicamentos a través de microorganismos modificados
genéticamente. Pero eso no tiene nada que ver con el cultivo de plantas
modificadas, que sí son enorme factor de destrucción ambiental y
socioeconómica.
Miren Gutiérrez, Directora Ejecutiva de Greenpeace
Miren Gutiérrez, Directora Ejecutiva de Greenpeace
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres hacer un comentario sobre este articulo, hazlo aquí, gracias.