Ayer una marcha, en la que
participaron miles de personas recorrió varias localidades y carreteras del
este de Madrid, para llegar a Loeches. Aquí la “Mancomunidad del Este”, con
autorización del Gobierno de Madrid, pretende construir un macrovertedero y una
incineradora de plasma, entre otras instalaciones.
Con este proyecto las autoridades
madrileñas pretenden dar respuesta a la lamentable gestión de los residuos (urbanos
y otros) en los municipios de la zona. De nuevo la falta de iniciativa y el
interés particular prevalecen. De nuevo cientos de millones de euros gastados,
para construir una instalación que solo servirá para mover de un lado para otro
cientos de miles de toneladas al año de basura y terminar contaminando nuestro
agua, suelo y aire.
El lobby que promueve la
incineración de residuos ha fijado su objetivo en este lucrativo negocio. Los
nuevos proyectos para construir hornos donde quemar todo tipo de basuras
florecen por toda la geografía española (Asturies, Galicia, Gipuzkoa, Navarra,
Castellò, Tenerife...).
La incineración provoca graves
riesgos para la salud, la economía y el medio ambiente, y en concreto la
técnica del plasma en la gestión de los residuos es una tecnología experimental
que no está suficientemente probada y la única información disponible sobre sus
resultados es la de los propios promotores. Si este proyecto se llegara a
realizar, ¡estamos seguros de que no!, sería la primera planta industrial de
este tipo en España.
Los dispositivos de control de la contaminación de todos los tipos de incineradoras, incluidos el arco de plasma, son equipos que únicamente capturan y concentran los contaminantes tóxicos, pero no los eliminan. Al capturar y concentrar las sustancias contaminantes, estas se transfieren a otros medios como las cenizas volantes, el material carbonizado, la escoria y los líquidos residuales.
La oposición social quedó patente
en esta marcha que en unísono gritaba ¡Incineración NO! Si quienes tienen que
tomar las decisiones respecto a la gestión de la basura no entienden que
queremos un modelo basado en la reducción, reutilización y reciclaje (como
marca la reciente ley de residuos y la Directiva Marco de Residuos) es porque
no quieren escuchar o... son sordos.
Julio Barea y Luís Ferreirim de
la campaña de contaminación de Greenpeace
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