06 diciembre 2011

Bayer sigue matando abejas en todo el planeta con sus plaguicidas neonicotinoides

Un Futuro sin Abejas… Bayer sigue matando abejas en todo el planeta con sus plaguicidas neonicotinoides
Abejas
El llamado Síndrome del Colapso de las Colmenas es como una historia de fin del mundo. Misteriosamente, las abejas mueren o se extravían y no pueden volver a su reducto, por lo que sus poblaciones se diezman inexplicablemente. Si ellas desaparecieran, alimentar a los 7 mil millones de habitantes de la Tierra, será muy difícil.

Las antenas de los teléfonos moviles, virus, los cambios climáticos, la degradación del medio ambiente, los cultivos transgénicos, el mal manejo del hombre y los plaguicidas, han sido señalados como las causas probables. Incluso se ha llegado a hablar del SIDA de las abejas. ¿Qué hay de cierto entre tantas especulaciones?
“Hay casos de intoxicaciones por plaguicidas neonicotinoides que provocan un ataque al sistema nervioso de las abejas y pierden la memoria, por lo que no vuelven a la colmena. Pero no hay misterio es esto, está claro y documentado”, afirma Antonio Gómez, gerente de AG Pajuelo Consultores Apícolas de España.


Los expertos coinciden entonces en que este no es un problema nuevo. El 2004 “hubo una hecatombe de abejas en el mundo con diferentes intensidades. En explotaciones particulares se llegaron a perder el 90% de las colmenas, zonas en las que se perdió el 50% y otras entre el 10 y el 12%, lo que se puede considerar normal”.

Hoy la voz de alerta la dio Estados Unidos, ya que en California la baja en la población de abejas es evidente, lo que pone en riesgo un cultivo tan importante como el almendro. Según el sitio web del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC), “a finales de la década de 1940, los apicultores de EE.UU. tenían alrededor de 5 millones de colonias; esta cifra ha disminuido gradualmente a aproximadamente 2.3 millones”.

¿Por qué ocurre el Síndrome de Colapso de las Colmenas? A juicio de los expertos aquí no hay enigmas ni profecías de fin del mundo. Lo que existe es un problema muy complejo, ya que no obedece a una causa, sino muchas, que pueden actuar aisladamente o haciendo una mortal sinergia.

Encrucijada de la Varroa

“El mayor problema de la apicultura en el mundo” es el ácaro Varroa, dice Antonio Gómez. Aquí hay una encrucijada: o se deja actuar a este parásito que mata a las abejas, o se les combate con acaricidas que a la larga contaminan y diezman las poblaciones en las colmenas.

Los productos para combatir la Varroa son liposolubles, es decir, se disuelven en la cera, por lo que dejan residuos en la colmena. “Cuando las abejas almacenan polen en las celdillas la parte grasa también absorbe una parte de los acaricidas. Si la dosis es pequeña no pasa nada, pero si la dosis es un poco más elevada, puede ser letal para las abejas”, explica el consultor español.

¿Qué opina el mundo académico? El Dr.Fernando Santibáñez, del Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile también se refiere a múltiples factores.
“Los agroquímicos llegaron para luchar contra los insectos dañinos y si bien se aplican a una hora en que las abejas no están volando, se contamina el néctar y el polen que toman y llevan a la colmena. Esto produce un colapso y mortalidades masivas, y no hemos sido todo lo cuidadosos en diseñar agroquímicos inocuos para las abejas, no hemos tenido esa preocupación”, reflexiona sobre la responsabilidad del hombre en este problema.

El profesor se refiere también a factores ambientales, como la drástica disminución de la flora melífera que era el sustento de las poblaciones de abejas. “Por ejemplo, en todo el bosque esclerófilo chileno hay especies que se han ido reduciendo en número y han ido dejando las abejas cada vez en una condición más precaria. Esto les empezó a afectar desde los años 50 o quizás antes”, explica.

Juan Sebastián Barros, apicultor chileno desde hace 10 años, que maneja hasta tres mil colmenas por temporada para polinizar huertos de arándanos y almendros, considera que “hay demasiados intereses encontrados y dependiendo de la ideología, es a lo que le vas a echar la culpa”.

Entre las posibles causas, el empresario menciona el factor genético: “hemos achicado nuestro pool genético, las colonias son cada vez más iguales y por lo tanto, si no tienen la capacidad para enfrentar los problemas vas a perder muchas abejas”.

La reducción de las fuentes de agua, el alza de las temperaturas y la disminución de las lluvias también las han afectado, sostienen los expertos.

Panorámica Latinoamericana

Según Fernando Santibáñez, “el uso de plaguicidas en Estados Unidos ha sido tan intenso que la sobrevivencia de las abejas en California ha pasado a ser una preocupación mayor”.

¿Qué pasa en Chile? “Tenemos holgura” dice el académico. “Probablemente nosotros, por condiciones naturales, no hemos tenido un colapso tan intenso como en California, por la cordillera y porque tenemos aún áreas con vida silvestre que sirven de sustento a las poblaciones. Tenemos suerte, no es porque hayamos sido más inteligentes”, concluye.

Para Antonio Gómez, el problema no está tan extendido en Latinoamérica, simplemente porque nuestro continente es más joven. “Europa está mucho más agotado y poblado, la influencia del humano es mucho más grande, llevamos una historia de siglos de explotaciones y ustedes llevan sólo dos siglos esquilmando el territorio”, señala bromeando.

Andrés Llaxacondor, gerente comercial de Abejas del Perú, y representante de su país en FILAPI, Federación Iberolatinoamericana Apícola, institución que también integran Venezuela, México, Uruguay, Colombia, Brasil, Cuba, Argentina y Chile, señala que hay inquietud por los OGM (organismos genéticamente modificados).

“Es muy probable que si ingresan los transgénicos a los cultivos tradicionales de Perú habrá un fuerte riesgo para las abejas, es lo que está pasando en Argentina y en algunas zonas fronterizas de este país con Chile”, sostiene.
El riesgo estaría, dice el representante de Perú, en que la miel contendría polen transgénico y su principal efecto es que al no estar de acuerdo con el sistema nutricional de las abejas, colapsa la colmena.

“Al largo plazo termina dañando la colonia y eso hace que desaparezcan. Esta es una de las teorías que se están manejando con mayor certeza y desde el punto de vista comercial, para los exportadores es un problema porque Europa no está comprando la miel con polen que provenga de plantaciones que hayan tenido relación con algún cultivo transgénico, es un problema grave”, profundiza el dirigente.

¿Se Acaban las Abejas?
“Es curioso que un físico se haya preocupado de este problema hace tantos años, pero Einstein dijo: si las abejas se acaban, le quedan 100 años más a la humanidad”, cita Fernando Santibáñez.

¿Qué pasará si nos quedamos de brazos cruzados? “Con el nivel actual de uso de plaguicidas yo diría que de aquí a fines de este siglo estaríamos en un serio colapso con la abeja melífera”, señala el académico.

¿La Tierra se podría quedar sin alimentos? “La polinización va a ocurrir aún sin abejas, pero en un grado mucho más defectuoso y veremos una reducción importante de rendimiento, que podría ponernos en problemas alimentarios”, asevera el profesor proyectando que además los precios irán al alza y terminarán afectando al ciudadano común.

¿Qué soluciones hay? “Es un tema básicamente de manejo”, dice Antonio Gómez. Sus recomendaciones consisten en alimentar adecuadamente las colmenas en otoño, para independizarse de los cambios meteorológicos indeseables; controlar varroa y la calidad de residuos en las ceras que se están utilizando en la colmena, procurando que quede el mínimo de éstos. “Ese tipo de manejo permite sobrevivir y es la diferencia entre las explotaciones que tienen 80% o 15% de merma”, dijo.

Santibáñez cree en el avance científico y en lo que se puede lograr incluso con los transgénicos. “Mientras no se comprueben efectos nocivos ¿por qué vamos a paralizarnos? Estos organismos mínimamente modificados podrían disminuir las cargas de plaguicidas, contribuyendo indirectamente a proteger las abejas”.

“El problema es muy complejo, pero la apicultura es una industria pequeña que no genera un volumen de negocio lo suficientemente importante como para que a las multinacionales les interese invertir en investigaciones en plaguicidas más específicos”, dice Antonio Gómez.

¿Y por qué no si la sobrevivencia de las abejas es un tema clave? “También es importante no derrochar agua ni energía y dejamos la canilla (llave) abierta”, dice el español.

Juan Sebastián Barros tiene una opinión diferente: “si empiezas a estudiar las distintas realidades en el mundo, hay más abejas, no menos, lo que pasa es que se cambiaron de continente. Antes Europa y Estados Unidos tenían muchas y hoy esas poblaciones han disminuido, y en Asia y Latinoamérica están creciendo”.

Una solución para esas zonas sería importarlas, pero según el empresario “el tema es cuánto creemos en el comercio internacional. Al final es un tema sanitario, si nosotros tenemos menos enfermedades o las mismas que ellos, no debería haber una barrera sanitaria al tráfico, pero hay lobby y los apicultores de allá no quieren competencia”.

Concluye que “más que las abejas, los apicultores somos una raza en extinción. Lo que hay que cuidar es a los apicultores y nosotros nos preocuparemos de ellas”.
No se pierda la segunda parte de nuestro especial dedicado a las abejas, este próximo miércoles con una mirada a la situación en Australia y Nueva Zelanda.

La preocupante muerte de poblaciones de abejas en todo el mundo es probable que continúe ya que la compañía agroquímica alemana Bayer sigue fabricando y vendiendo plaguicidas neonicotinoides.

La rendición de cuentas de Bayer en el fenómeno conocido como el trastorno del colapso de colonias (CCD) es uno de los casos que se oirán en el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) de la Conferencia de corporaciones agroquímicas transnacionales (ETN), un hito tribunal internacional de opinión que van a tratar los agroquímicos más grande de seis las empresas transnacionales de varios violaciónes de derechos humanos que se celebrará a partir de diciembre 3-6 2011.

“Las muertes de abejas son un problema global, por lo que es crucial para discutir este tema y encontrar soluciones a nivel internacional. Es alentador que el PPT como una iniciativa global para abordar este problema, que es tanto ambiental como una amenaza económica“, dijo Philipp Mimkes, portavoz de la Coalición contra los peligros de Bayer, un grupo con sede en Alemania el interés público.

Mimkes reveló que el imidacloprid (Gaucho nombre del producto) y clotianidina (Poncho) siguen siendo los pesticidas de Bayer más vendidos, a pesar de que esta clase de productos, conocidos como neonicotinoides, está fuertemente ligada al CCD.

En 2010, las ventas alcanzaron un valor de Gaucho U$S 820 millones mientras que las ventas alcanzaron un valor de Poncho U$S 260 millones. Gaucho ocupa el primer lugar entre los plaguicidas más vendidos de Bayer, mientras que Poncho está en séptimo lugar. “Esta es la razón por la Bayer, a pesar de los graves daños ambientales que causa, está luchando con uñas y dientes contra cualquier prohibición de la aplicación de los neonicotinoides,” dijo Mimkes.

En Europa, muchos de los usos peligrosos de los neonicotinoides han sido prohibidos. Alemania, Italia, Francia y Eslovenia han dejado el uso de Gaucho y Poncho en el tratamiento de las semillas de maíz, su aplicación más importante. Sin embargo, el uso de estos plaguicidas está restringido en muchos países, incluyendo los EE.UU., donde un tercio de la población de abejas ha muerto desde 2006.

Las abejas de miel polinizan más de 70 sobre 100 cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos del mundo. Que polinizan la mayoría de las frutas y verduras, incluyendo manzanas, naranjas, fresas, cebollas y zanahorias. La disminución de la población de abejas por lo tanto tiene efectos graves para la seguridad alimentaria y de subsistencia de los agricultores.

También puede afectar a la variedad de cultivos alimentarios que pueden ser cultivadas y por lo tanto el valor nutricional y la variedad de nuestro suministro de alimentos.

Disminución de las poblaciones de abejas

El término CCD se utiliza para describir la drástica disminución de las poblaciones de abejas en todo el mundo, que comenzó a mediados de la década de 1990. Este fue también el mismo período en que los neonicotinoides se introdujeron en el mercado. En 1994, las poblaciones de abejas comenzaron a morir en Francia, y más tarde en Italia, España, Suiza, Alemania, Austria, Polonia, Inglaterra, Eslovenia, Grecia, Bélgica, Canadá, EE.UU., Brasil, Japón y la India.

Neonicotinoides son una clase de pesticidas que están químicamente relacionados con la nicotina. Que son absorbidos por el sistema vascular de la planta y se libera a través de las gotas de polen, néctar y agua que las abejas liban después de forraje y la bebida.

Mientras que CCD es causado probablemente por una combinación de muchos factores, incluyendo las tensiones de la apicultura industrial y la pérdida de hábitat, muchos científicos creen que la exposición a los pesticidas es un factor crítico. Neonicotinoides son de particular interés debido a que tienen efectos acumulativos, subletales sobre las abejas y otros insectos polinizadores. Estos efectos incluyen trastornos del sistema neurológico e inmunológico que se corresponden con los síntomas de la CLD.

CCD tiene un impacto severo sobre las condiciones de vida de los apicultores de todo el mundo. En los EE.UU., donde se valora la industria de la apicultura en U$S$ 15 mil millones, las pérdidas debidas a la CCD se estima que 29 a 36 por ciento por año.

En 1991, Bayer comenzó a producir el imidacloprid, que es ahora uno de los insecticidas más utilizados para el campo y los cultivos hortícolas, de girasol, especialmente el maíz, y la violación. En 1999, sin embargo, Francia prohibió el imidacloprid como tratamiento de las semillas de girasol, después de que un tercio de las abejas francés murió después de su uso generalizado. Cinco años más tarde, también fue prohibido en el tratamiento de maíz.

Bayer se produce la clotianidina, un sucesor de imidacloprid. Esto se produjo en el mercado americano en 2003, y el mercado alemán en 2006. Clotianidina es también un neonicotinoides y altamente tóxico para las abejas.

Un estudio reciente de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) describió el informe pesticidas de Bayer imidacloprid y clotianidina como un riesgo para numerosos animales. El estudio reveló que estos productos químicos potencialmente causar la exposición crónica tóxicos para los polinizadores no objetivo, así como los animales como los gatos, los peces, ratas, conejos, pájaros y lombrices de tierra. “Los estudios de laboratorio han demostrado que estos productos químicos pueden causar la pérdida de sentido de dirección, afectar la memoria y el metabolismo cerebral, y mortalidad por cualquier causa”, dijo el informe del PNUMA.

Debido a su alto nivel de persistencia, los neonicotinoides puede permanecer en el suelo durante varios años. Por lo tanto, incluso los cultivos sin tratar sembradas en campos donde los pesticidas fueron utilizados anteriormente puede llevar hasta las toxinas del suelo a través de sus raíces.

En 2008 en Baden-Wuerttemberg, sur de Alemania, dos tercios de la población de abejas a lo largo del río Rin, murió cuando el polvo del tratamiento de semillas de maíz clotianidina fueran aplicados en los campos vecinos de maíz. Esto dio lugar a una pérdida media de 17.000 euros para beekepers afectados. Las pruebas en las abejas muertas mostró que el 99 por ciento tenía una acumulación de clotianidina. Mariposas y otros insectos útiles desaparecido en la misma.


Presión para detener los neonicotinoides

Mimkes grupo ‘ha estado haciendo campaña contra los neonicotinoides desde 1997, cuando los riesgos de los neonicotinoides son más o menos desconocidos para el gran público. Dijo que es hora de que Bayer está presionado agresivamente para detener la fabricación y venta de estos plaguicidas, y se hace responsable por las pérdidas económicas y daños ambientales causados por sus productos.

“La novedad más importante es que hoy en día hay miles de informes, artículos y estudios de todo el mundo acerca de la correlación de la exposición a los pesticidas, tales como imidacloprid y clotianidina, y el descenso generalizado de las abejas. Apicultores y los grupos ecologistas en muchos países se han convertido en activos, y han presionado a los gobiernos y las autoridades para proteger a las abejas “, dijo.
Asociaciones ecologistas y la apicultura en todo el mundo han reunido 1,2 millones de firmas para exigir que la clotianidina sea retirada del mercado, se presentaron al director general de Bayer durante una reunión de accionistas. La recogida de firmas fue provocada por la filtración pública de una nota interna de los EE.UU. Agencia de Protección Ambiental (EPA), lo que confirma el riesgo de que el plaguicida supone para las abejas y describe Bayer estudios de seguridad insuficientes.

La EPA en 2003, siempre y “registro condicionado” a la clotianidina, en espera de la conducta de Bayer de un estudio del ciclo de vida crónicas sobre su efecto en las abejas. Bayer solicitó más tiempo para terminar su investigación, período durante el cual ampliamente vende el producto. Bayer finalmente presentaron su estudio en 2007, que el EPA declaró que “científicamente” y se utiliza como base para la continuidad del registro de la clotianidina.

Pero el memo filtrado de la EPA reveló que la EPA concedió Bayer permiso para llevar a cabo su estudio sobre el aceite de canola, en lugar de maíz – una distinción crucial, ya canola es un cultivo menor en comparación con el maíz. Además, los estudios se llevaron a cabo en los campos de prueba de que eran demasiado pequeños y juntos. Con las abejas libando en una gama de hasta seis millas, lo que parecía más probable que las abejas prueba cenamos fuera de los campos de prueba, el memorándum va más lejos, dijo.

La próxima Sesión PPT en las empresas transnacionales agroquímicas incluirá en su acusación los gobiernos e instituciones que en algunos casos en connivencia con las empresas transnacionales de agroquímicos en violaciónes del derecho a la vida, la salud y vida, entre otros derechos humanos básicos.

Según Mimkes, “PPT anteriores han ayudado a poner presión sobre las empresas, por lo que esperamos que trae un impulso adicional para la campaña para detener la muerte masiva de abejas.”

El PPT tiene sus raíces históricas en los tribunales sobre la guerra de Vietnam y las dictaduras de América Latina. En la época más reciente de la globalización corporativa, PPT han abordado y se exponen las empresas transnacionales que operan por encima de las leyes nacionales y puede cometer violaciónes de derechos humanos con impunidad.

La sesión de PPT sobre las empresas transnacionales de agroquímicos es el primero en meta de Monsanto, Syngenta, Bayer, Dow Chemical, DuPont, BASF y las seis o las empresas que actualmente en el control de los alimentos del mundo y el sistema agrícola. (Traducción: FUNDAVIDA) www.ecoportal.net

Fuente: Coordinación contra los peligros de BAYER
www.CBGnetwork.org

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