23 noviembre 2012

WWF lucha por poner fin a la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies


Dos de los temas que más preocupan a quienes trabajan en el ámbito medioambiental son la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies, que causan un gran impacto en muchas poblaciones animales que se encuentran al borde de la extinción y ponen en peligro el equilibro de las sociedades en que se realizan estas prácticas.
Stock de marfil en comisaría de Policía en GabónCon el objetivo de poner fin a este problema, la ONG WWF ha puesto en marcha una campaña para pedir a los países que tomen medidas que contribuyan a reducir la demanda de productos de especies protegidas y mejoren el cumplimiento de la ley ya que, según la ONG, aunque existe legislación que protege a especies como el elefante, el tigre o el rinoceronte, los gobiernos no están realizando los suficientes esfuerzos para garantizar su cumplimiento.
Los datos aportados por WWF son desoladores: se calcula que más de 250 rinocerontes han sido masacrados este año para extraer su cuerno, sólo quedan 3.200 tigres en estado salvaje y decenas de miles de elefantes protegidos son matados cada año para obtener su marfil.
La caza furtiva se da especialmente en África occidental y el sudeste asiático, donde últimamente está cobrando un gran auge, y su finalidad es muy diversa: desde quien quiere tener este tipo de animales como máscotas exóticas, hasta los que los pretenden explotar en circos u exposiciones, pasando por el tráfico de pieles, huesos, colmillos u órganos para su empleo en medicina tradicional china, vestimenta o decoración.


En el marco de esta campaña, la ONG ha elaborado un mapa que refleja el tráfico ilegal en el mundo, y un informe que ha estudiado 23 países africanos y asiáticos de origen, tránsito y destino implicados en este tipo de comercio ilegal.
Para frenar la comercialización ilegal de especies, la ONG hace un llamamiento a toda la ciudadanía instando a que no contribuya a este problema con conductas irresponsables, como comprar marfil labrado u otros objetos elaborados a partir de animales protegidos.
En el ámbito político, WWF ya está trabajando en el asesoramiento a los gobiernos sobre la forma de proteger a los animales y detener a los cazadores furtivos, los comerciantes y los compradores. Entre los logros alcanzados destaca que en Camerún se haya conseguido aumentar la protección de todos sus parques y se hayan contratado cientos de nuevos guardas forestales o que en ese mismo país y otros de África central se haya llegado a un acuerdo supranacional para tomar medidas encaminadas a atrapar a los criminales.
WWF está asociada en esta campaña con Traffic, organización que realiza una importante labor de seguimiento de las redes de comercio de especies salvajes. Gracias a este esfuerzo conjunto, las principales empresas de comercio electrónico chinas se han comprometido a no vender productos derivados del tigre, el rinoceronte o el elefante.

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