08 marzo 2013

Por la prohibición del Bisfenol A

El uso de disruptores hormonales, productos químicos empleados en la fabricación de envases y productos de consumo, está relacionado con distintas enfermedades, sobre todo las ligadas a procesos metabólicos.

Así lo confirma un informe publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS)Ventana nueva. Ante el riesgo probado, Ecologistas en Acción se suma a la campaña para prohibir uno de los disruptores más extendidos, el Bisfenol A, que lanza Hogar sin tóxicos.

El informe de la OMS apunta a cerca de 800 compuestos químicos considerados disruptores endocrinos, es decir, que afectan al equilibrio hormonal una vez incorporados a un organismo vivo. Pueden afectar al desarrollo de muchas patologías y daños sobre la salud humana, en el aparato reproductor, en el sistema inmunitario, tumores o trastornos neurológicos.


En el caso del Bisfenol A, puede provocar alteraciones hormonales a niveles muy bajos de concentración, según una inmensa cantidad de estudios científicos. Sin embargo, se sigue utilizando en multitud de envases, biberones y productos para el hogar. Al igual que los demás disruptores, es además altamente contaminante.
Frente a estos riesgos demostrados, la respuesta de las autoridades ha sido escasa hasta el momento. La publicación del informe de la OMS confirma ahora las alertas ante el uso de esos componentes, por lo que Ecologistas en Acción exige de la Administración que cumpla su deber de protección de la salud pública y el medio ambiente sin más dilaciones, restringiendo su uso.

El objetivo de la precaución es evitar el daño, no detener el progreso. El derecho a saber y la posibilidad de elegir se debe expresar con la participación de todos los involucrados. Por todo lo expuesto, la organización emplaza a la Administración a adoptar el principio de precaución en todas las políticas ambientales y sanitarias que supongan un riesgo inaceptable., retirando del mercado y prohibiendo la comercialización de sustancias y productos que son incompatibles con la salud pública.

Fuente: Ecologistas en accion

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