El pasado 17 de junio se ha producido en los juzgados de Don Benito (Badajoz) un
hito en la lucha contra el uso de veneno en el campo. El ganadero
responsable del envenenamiento masivo de aves rapaces, destapado por WWF
en marzo de 2010, ha sido condenado a año y medio de cárcel, 30.000
euros de multa y tres años de inhabilitación para ejercer su profesión.
Además, tendrá que costear medidas para reparar los daños causados a la
fauna. La defensa, la Fiscalía y WWF, que ejercía de acusación
particular en el juicio, han llegado a este acuerdo.
Los hechos juzgados hoy sucedieron en marzo de 2010, en una finca
ganadera de Siruela (Badajoz). Técnicos de WWF acudieron allí alarmados
porque el emisor vía satélite del alimoche “Atlas”, marcado por la
organización para el estudio de la migración de la especie, daba señal
de inmovilidad. En la finca hallaron el cuerpo de “Atlas”, además de
otros dos alimoches, 2 buitres negros, 4 buitres leonados y otras aves
rapaces, todas ellas especies protegidas, víctimas del veneno. En el
vehículo del ganadero se encontró el tóxico utilizado para matar a las
rapaces.
Además de indemnizar a la administración con 30.000 euros por las aves
envenenadas, el ganadero tendrá que costear una serie de acciones que,
con la aprobación de la jueza, diseñarán conjuntamente WWF y la Junta de
Extremadura. El objetivo de las medidas será favorecer a las especies
afectadas, principalmente las aves carroñeras, para compensar por los
daños causados.
La sentencia es un buen ejemplo de que, poco a poco, se acaba la
impunidad de los envenenadores. El uso de cebos envenenados pone en
peligro la conservación de muchas especies amenazadas y es un delito que
supone sanciones muy importantes.
Fuente: WWF
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