18 julio 2013

Greenpeace se cuela en una central nuclear francesa

Central nuclear francesa
Las autoridades francesas han detenido a los 29 activistas de Greenpeace que habían ocupado la pasada madrugada la central nuclear de Tricastin, en el sur de Francia, con el objetivo de reclamar al presidente galo, François Hollande, el cierre de esta planta, según ha informado el Ministerio del Interior.

Los activistas de Greenpeace ocuparon esta madrugada la central nuclear para exigir el cierre de "una de las cinco plantas más peligrosas de Francia" y desplegaron dos pancartas, una con una fotografía de François Hollande y con el lema "Presidente de la catástrofe", y la otra con la frase "Tricastin: accidente nuclear".


Después de desplegar medio centenar de gendarmes, un helicóptero y un equipo del Pelotón de Alta Montaña de la Gendarmería, los 29 activistas han sido finalmente desalojados y detenidos hacia las 12:30 horas (misma hora en la España peninsular), según el Ministerio del Interior, citado por la TF1.




El Gobierno ha asegurado que los ocupantes "no alcanzaron las zonas sensibles de la central" y se ha mostrado dispuesto a reflexionar sobre el endurecimiento de las sancione spara este tipo de actuaciones, por considerarlas una "violación de la propiedad privada manifiestamente inaceptable".

Hollande se ha comprometido a recudir el porcentaje de la energía nuclear en el total de la producción eléctrica del país del 75 al 50 por ciento de aquí a 2025, lo cual, a juicio de Greenpeace, le obligaría a cerrar "al menos 20 reactores hasta 2020", según la responsable de la campaña antinuclear de la organización, Sophia Majnoni.


Asimismo, el presidente se ha comprometido a cerrar la planta nuclear más antigua del país, Fessenheim (cerca de la frontera con Alemania), en 2017. A juicio de Majnoni, "cerrar únicamente Fessenheim es una maniobra política" que "no permite alcanzar el objetivo presidencial" e ignora que "otras centrales son igualmente peligrosas".


Tricastin fue construida hace alrededor de treinta años y es la tercera planta más antigua de Francia. Según Greenpeace, también es "una de las que registran un mayor riesgo para la seguridad". "Al igual que Fessenheim, está expuesta al riesgo de posibles inundaciones y seísmos" y supone "un importante riesgo industrial --explosiones, nubes tóxicas-- porque se encuentra situada en uno de los mayores complejos nucleares y químicos de Francia".

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