La
empresa propietaria de la accidentada central nuclear de Fukushima,
Tokyo Electric Power (TEPCO), insistió hoy en su junta anual de
accionistas en su intención de reactivar una planta atómica que posee en
la costa noroccidental de Japón.
Por su parte, un grupo de
accionistas contrarios a que la empresa retome la fisión nuclear propuso
que esa central que TEPCO espera volver a poner en marcha, la de
Kashiwazaki-Kariwa en la prefectura de Niigata, sea desmantelada.
La
dirección de la eléctrica insistió en que se trata de una "importante
fuente de energía" que cuenta con siete reactores y que la empresa
tomará medidas de "cara a su reactivación" para mejorar la seguridad en
la central, que no resultó dañada por el terremoto y tsunami de marzo de
2011.
En cualquier caso, los responsables de TEPCO no dejaron claro
cuándo planean solicitar una asesoría en materia de seguridad a la
Autoridad de Regulación Nuclear de Japón, para lograr que apruebe el que
la central reanude su actividad atómica.
TEPCO, sumida en un proceso
de reestructuración bajo control del Estado tras recibir 1 billón de
yenes (7.840 millones de euros) de dinero público en julio de 2011,
considera vital poner en marcha sus reactores no dañados para hacer
frente a su complicada situación financiera.
La empresa afronta
indemnizaciones millonarias para los afectados por el accidente de
Fukushima, debe desmantelar los reactores de esta accidentada planta y
además tiene que compensar el aumento de costes que implica la compra de
hidrocarburos para generar electricidad en plantas térmicas, ahora que
sus centrales nucleares están detenidas.
Debido a esto, la eléctrica
presentó una pérdida neta de 5.375 millones de euros para el pasado
ejercicio, en lo que supuso su tercer curso consecutivo en números
rojos.
Por otro lado, el grupo de accionistas contrario a la
reactivación nuclear propuso hoy también desmantelar la central de
Fukushima Daini, que al igual que la de Daiichi también resultó afectada
por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, aunque en este caso los
operarios lograron llevarla a parada fría pocos días después.
La
empresa no ha querido dejar claro hasta ahora cuál será el futuro de
Daini, situada 12 kilómetros al sur de Daiichi, y hoy volvió a decir que
tendrá en cuenta las necesidades energéticas del país y la opinión de
la comunidad que vive en torno a esta planta antes de tomar una
decisión.
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