Greenpeace ha conocido hoy la estimación provisional de la superficie cultivada con transgénicos en 2013 en España. Según los datos provisionales
del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA),
la superficie cultivada con transgénicos en España ha sufrido un
incremento del 19% respecto a 2012. De este modo, se han alcanzado ya
las 138.543 hectáreas. Greenpeace considera que estos datos, aún
provisionales, son una prueba de cómo los transgénicos están invadiendo
los campos españoles y por ello demanda su prohibición.
"Es
lamentable ver cómo la superficie cultivada con transgénicos sigue en
aumento en España cuando son cada vez más los países europeos que los
prohíben. E incluso los gigantes biotecnológicos, como Monsanto o BASF,
se retiran de Europa por el rechazo de la ciudadanía y porque no existe
mercado para sus productos. Aquí hay algo que no tiene sentido", ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura y Transgénicos de Greenpeace España. "Greenpeace
no se cansará de pedir su prohibición también en España porque suponen
graves riesgos, no son necesarios, no presentan mejores rendimientos que
las variedades convencionales y la ciudadanía no los quiere", ha concluido.
Los ensayos de campo muestran que no existen diferencias significativas
entre el rendimiento de las variedades de maíz transgénico y las
variedades isogénicas (con características similares) convencionales (ver figura 4)
y solo en el caso de ataques muy agudos de taladro (dos en ocho años
desde que se hacen los ensayos de campo) se verificó una diferencia
mínima de rendimiento. En una carta reciente a Greenpeace el MAGRAMA
confirmó esta información.
En otra carta a Greenpeace, el MAGRAMA señalaba
"Desde el punto de vista fitosanitario, el taladro del maíz es una
plaga endémica en España (?). En consecuencia, no se dispone de datos
específicos sobre la superficie afectada por el taladro del maíz para el
conjunto de España (...)". Ante este desconocimiento del problema,
Greenpeace considera que es imprudente apoyar una tecnología muy
controvertida y que produce el rechazo de la ciudadanía.
Por
otro lado, Greenpeace reitera la poca transparencia y fiabilidad de los
datos publicados por el MAGRAMA puesto que son estimaciones (a partir de
los datos de ventas de semillas suministrados por la misma industria) y
exige, mientras se cultiven transgénicos en España, el cumplimiento de
la Directiva 18/2001 CE y la creación de un registro público con la
localización exacta de las parcelas donde se cultivan transgénicos. El
pasado mes de febrero, Greenpeace presentó una denuncia contra España ante la Comisión Europea
por el incumplimiento de las directiva europeas sobre la liberalización
intencional en el medio ambiente de transgénicos y de acceso público a
la información medioambiental y hasta al momento no ha recibido ninguna
respuesta.
La autorización para el cultivo de maíz transgénico
MON810 expiró en 2008, después de un período de 10 años, por lo que su
reautorización lleva ya un retraso de cinco años. La Comisión Europea
debe anunciar su decisión en breve y determinará si Europa va a ser
totalmente libre de transgénicos en un futuro cercano o no.
Fuente: Ecoticias.com
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