Greenpeace Internacional, Bee Life European Beekeeping Coordination y
otras cuatro organizaciones ecologistas y de consumidores (Pesticides
Action Network Europe, ClientEarth, Buglife y SumOfUs) han solicitado
intervenir ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en defensa
de la prohibición parcial de tres plaguicidas en toda la UE, como
respuesta a la acción legal llevada a cabo por las compañías químicas
Syngenta y Bayer que quieren anular la prohibición (1). Greenpeace
considera esta prohibición necesaria y que debe ser ampliada dadas las
evidencias existentes.
"Bayer y Syngenta han lanzado sus abogados
para atacar una prohibición que es científicamente rigurosa,
jurídicamente correcta y que ayuda a proteger los intereses generales de
los agricultores y los consumidores europeos. La prohibición parcial de
estos tres plaguicidas es solo un primer paso, pero necesario, para
proteger a las abejas en Europa. Debe ser defendida de los ataques de
las empresas que persiguen sus intereses particulares en detrimento del
medio ambiente", ha afirmado Marco Contiero, director de Política
Agrícola de la UE de Greenpeace.
La prohibición, que entró en vigor el pasado 1 de diciembre, recae sobre tres plaguicidas producidos por Syngenta
(tiametoxam) y Bayer (imidacloprid y clotianidina) que pertenecen a una
clase de sustancias químicas conocidas como neonicotinoides. La
Comisión Europea adoptó la prohibición basándose en las evaluaciones
científicas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en
sus siglas en inglés) que demuestran los impactos negativos de estos
insecticidas sobre las abejas (2). La prohibición recibió un fuerte apoyo político de los gobiernos de la UE.
Greenpeace Internacional ha publicado hoy los resultados de un estudio científico piloto de campo que proporciona una prueba más sobre las vías de exposición de las abejas a la contaminación.
El estudio muestra que el agua exudada por plantas cuyas semillas han
sido tratadas con ciertos neonicotinoides contiene concentraciones muy
altas de estos insecticidas, lo que da lugar a una exposición
potencialmente mortal para las abejas que beben este líquido, denominado
agua de gutación.
El estudio de campo de Greenpeace
International examinó ese agua producida por cultivos comerciales de
maíz tratados con tiametoxam y clotianidina, ambos incluidos en la
prohibición, con el fin de cubrir algunas de las lagunas en los datos
científicos existentes sobre los neonicotinoides. El estudio reveló que
las concentraciones de neonicotinoides exudadas por la planta en el agua
de gutación podrían igualar o exceder las concentraciones de las
sustancias activas recomendadas por las empresas para el uso en
formulaciones comerciales en insecticidas de aplicación foliar. Estos
resultados sugieren que el agua de gutación podría plantear un riesgo de
toxicidad grave para las abejas. Esta vía de contaminación está aún
poco investigada.
"Aún existen importantes lagunas científicas
en la investigación sobre cómo las abejas están expuestas a los
insecticidas neonicotinoides. Ahora sabemos que la exposición mortal
puede ocurrir cuando las abejas y otros polinizadores beben el agua de
gutación de los cultivos tratados con estos insecticidas. Esta nueva
forma de exposición de las abejas se suma a los ya conocidos e
inaceptables riesgos relacionados con los neonicotinoides. Esto
significa que la actual prohibición cautelar de la UE no solo está
justificada sino que debe ser reforzada y ampliada”, ha añadido Luís
Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace
España.
Fuente: Greenpeace
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