Sobre estas fechas salen las nuevas cifras de cultivos transgénicos a nivel mundial. Otro año más, la industria celebra el incremento de la superficie de cultivo e incluso de la disminución en la aplicación de plaguicidas. Pero esto, ¿es así?
El informe nace anualmente de la ISAAA (Servicio Internacional para la Adquisición de Programas Agro-biotecnológicos), en sus siglas en inglés
una fundación creada por la industria biotecnológica, con empresas
donantes como la conocida Monsanto. Por cierto también la entidad
bancaria Ibercaja es donante de esta fundación protransgénica.
Se afirma que los países en desarrollo están adoptando cultivos de ingeniería genética siguiendo con la ya cansina propaganda de que los transgénicos solucionan el hambre en el mundo.
También se afirma que se han cultivado 175 millones de hectáreas a
nivel mundial incrementándose en un 3% respecto a las cifras del 2012.
¿Seguro que a nivel mundial?
El informe no menciona que el 83% del cultivo de transgénicos se centra en cuatro países: Estados Unidos, Brasil, Argentina y Canadá.
Además en China e India se cultiva el controvertido algodón
transgénico que como nos decía Vandana Shiva, Premio Nobel Alternativo
de la Paz, y luchadora antitransgénica en una entrevista el algodón transgénico no se puede comer...
¡En realidad, los transgénicos sólo ocupan el 3% de la superficie agrícola mundial!
Pero
la industria sigue erre que erre con que alimentan al mundo. Sin
embargo, después de 17 años de comercialización, la realidad muestra lo
contrario. Los principales cultivos transgénicos no están destinados para alimentación directa humana
sino que son cultivos modificados genéticamente para tolerar grandes
dosis de herbicidas y para producir sus propios insecticidas, rasgos que
para colmo no aumentan el rendimiento y tampoco contribuyen a la producción de alimentos ni a la seguridad alimentaria. Tampoco hablan del rechazo de muchos países.
El informe, un año más, se olvida mencionar que los cultivos transgénicos han provocado y siguen provocando un aumento exponencial del uso de herbicidas (en inglés)
y que no contabiliza los tratamientos de semillas con insecticidas y
fungicidas, en muchos casos con neonicotinoides que son tóxicos para las
abejas y otros polinizadores. Esto no es una exclusividad del informe, quiénes defienden los transgénicos nunca hablan de estos dos aspectos.
La mayoría de los países de la Unión Europea muestran un rechazo claro a los transgénicos, (así lo mostraron en la última votación del maíz transgénico 1507). En Europa, España da la nota en el tema cultivando el maíz MON810 de Monsanto y apoyando el cultivo del maíz 1507.
El
baile de cifras en España es una demostración clara que este tipo de
informes son pura propaganda de la industria y que las cifras no
corresponden a la realidad y es que ¡como mucho existen alrededor de
unas 70.000 hectáreas de maíz transgénico frente a las 136.962 que indican el Gobierno y la Industria!
Interpretación sesgada o baile de cifras, lo cierto es que, una vez más se demuestra una total falta de transparencia y fiabilidad en torno a los cultivos transgénicos.
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