La empresa de productos higiénicos y de limpieza utiliza
aceite de palma procedente de plantaciones ubicadas en selvas vírgenes
destruidas.
Greenpeace ha dado a conocer hoy una investigación realizada durante el último año que revela que la cadena de suministro de aceite de palma
de la multinacional Procter & Gamble (P&G), fabricante de
marcas como Head & Shoulders, Pantene o las espumas de afeitar
Gillete, está vinculada a la deforestación de bosques tropicales en la isla de Sumatra (Indonesia).
P&G cuenta entre sus proveedores de aceite de palma empresas que
establecen sus plantaciones de palma aceitera tras la tala de zonas de
selva virgen en Indonesia, lo que supone una
alteración de los modos de vida de millones de personas y la
destrucción del hábitat de especies como los tigres de la isla de
Sumatra, una especie catalogada como en peligro de extinción.
"La multinacional que fabrica los champús Head & Shoulders
tiene que dejar de implicar a los consumidores con la destrucción de
los bosques tropicales. Esta empresa debe limpiar su cadena de
suministro y garantizar a sus clientes que sus productos son respetuosos
con el medio ambiente", ha declarado Bustar Maitar, responsable de la campaña de Bosques de Indonesia en Greenpeace Internacional.
"Procter & Gamble debería seguir el ejemplo de otras empresas como
Unilever, Nestlé y L'Oréal, que ya se han comprometido a limpiar sus
cadenas de suministro".
La investigación de Greenpeace ha podido verificar que el hábitat
del orangután está siendo transformado en plantaciones para la
obtención de aceite de palma suministrado a P&G. Las tierras
deforestadas son propiedad del Grupo de plantaciones BW, una empresa
que también está vinculada a las muertes de orangutanes en el vecino
Parque Nacional Tanjung Puting. En otros casos, Greenpeace ha
documentado la tala continuada dentro de las concesiones de dos
productores que suministran directamente a P&G.
"En los últimos ocho meses, Greenpeace ha comunicado a P&G
que está vinculado con la destrucción de las selvas de Indonesia. La
empresa, en lugar de tomar medidas urgentes, se ha dedicado a lavar su
imagen pública. Pero ya es hora de que P&G se comprometa al 100%
con sus clientes", ha apuntado Hamid Areeba, experto de la campaña de Bosques de Greenpeace Internacional.
Si las empresas consumidoras de aceite de palma no establecen
políticas serias para terminar con con las prácticas ilegales y la
deforestación (como las que asolan la provincia de Riau, en la isla de
Sumatra), pueden verse implicadas en escándalos. Un ejemplo es la
concesión forestal PT Rokan Adi Raya, territorio que se solapa con el
hábitat del Tigre de Sumatra y con valiosos bosques de turbera, y donde
durante el último año se ha producido una deforestación a gran escala
seguida de grandes incendios forestales. En junio de 2013, más de 150
focos de incendio se registraron dentro de esta concesión. Numerosos
proveedores de P&G embarcan precisamente el aceite de palma para
esta multinacional desde Dumai, el principal puerto de la provincia de
Riau.
"Greenpeace considera que la producción y exportación de aceite
de palma debe servir al desarrollo económico de Indonesia, como hacen
los productores que forman el Innovation Group, que junto con el
compromiso de otras grandes empresas del sector como GAR y Wilmar,
demuestran que se puede hacer negocio con el aceite de palma de manera
responsable. Procter & Gamble y otras empresas como Reckitt
Benckiser o Colgate Palmolive no tienen excusas para demorar una acción
inmediata que evite más deforestación", ha añadido Bustar Maitar.
Las selvas de Indonesia están desapareciendo a un ritmo de,
aproximadamente, nueve piscinas olímpicas cada minuto, donde el aceite
de palma el mayor impulsor de la destrucción de los bosques en esta
región. A través de la campaña global lanzada hoy, Greenpeace exige a
Procter & Gamble que ponga fin a su papel en la destrucción de los
bosques.
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